La decisión del vicepresidente segundo y conseller de Vivienda y Arquitectura Bioclimática, Rubén Martínez Dalmau, de relevar a Àngela Ballester como directora general de Coordinación Institucional de su departamento ha hecho evidente la utilización que algunas consellerias hacen del organigrama para ajustar cuentas en clave orgánica. La salida de Ballester, última 'errejonista' de la formación morada valenciana y más cercana a Pilar Lima que a Naiara Davó, revela la forma en que el vicepresidente primero juega también sus cartas en materia orgánica, aprovechando su privilegiada posición como cargo público.
Publicidad
No es la primera vez. Poco después de llegar al cargo de un departamento del que muchos -también en el Botánico- cuestionan que tenga utilidad alguna, la plataforma antidesahucios protagonizó una protesta por la inacción de este departamento en relación con sus inquietudes. La respuesta de Martínez Dalmau pasó por relevar de su cargo a la responsable de Vivienda, Lorena Sanz. En su lugar, Dalmau situó a David Vegara, que figuró como número cinco en la lista de Unides Podem a Les Corts Valencianes por Alicante. Dalmau se enredó también con el nombramiento de Pura Peris como subdirectora de la EVHA, la empresa pública de la Vivienda. Tal y como publicó este diario, su nombramiento, a pesar de haber sido aprobado por el consejo de administración de la entidad pública de Vivienda, no se hizo efectivo porque su nuevo puesto no tenía la consideración de alto cargo, por lo que su designación no le confería de inmediato una situación de servicios especiales en la Universitat, donde era profesora, para incorporarse a la entidad de suelo. El DOGV publicó ese nombramiento mes y medio después de que lo oficializara la conselleria.
Al vicepresidente se le ha visto muy activo con reuniones con alcaldes. Pero no ha tenido protagonismo alguno ni con la producción legislativa ni la propuesta de soluciones a los problemas de la Vivienda. Un departamento con un presupuesto de 187 millones de euros, el segundo más bajo de todas las consellerias, sólo por delante de Transparencia, que asciende a 55 millones de euros. Dos áreas, las dos encabezadas por Unides Podem, en las que las los relevos de cargos con clave orgánica -Aurora Mora e Ignacio Blanco en la que dirige Rosa Pérez- están a la orden del día. Y no siempre pactadas. De hecho, en EU se asegura que la relación entre Pérez y la sustituta de Ballester, Adoración Guamán, no es demasiado fluida.
Suscríbete a Las Provincias: 3 meses por 1€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.