Outlet, recoge un pequeño cartel azul a las puertas del local. Transmite la sensación de querer pasar desapercibido antes que atraer clientes. Casi parece una apuesta suicida por la discreción, tratándose de un negocio. El establecimiento lo dirige Juan José Medina, exvicepresidente de la Diputación de Valencia y exalcalde de Moncada. El negocio, aparte de discreto, resulta humilde. Un par de lavadoras en la entrada, unas cuantas planchas en el escaparate, tostadoras con algún cartel artesanal de oferta. Sorprende el reducido stock. Al fondo, hay un pequeño escritorio para atender a los clientes. En la radio suena música pop sólo apta para los que han superado el medio siglo de vida. «Los dos últimos meses han sido muy jodidos», dice respecto a la escasez de ventas. Durante la charla con LAS PROVINCIAS, sólo una persona entre en el establecimiento. «Era un repartidor que se había equivocado. Pasa con cierta frecuencia», explica Medina.
Publicidad
No ha habido puertas giratorias para el alto cargo, olvidado por el Partido Popular tras su implicación en varias piezas del caso Imelsa. Esta semana se conocía que la Fiscalía Anticorrupción le reclama cinco años de cárcel. Medina, sin embargo, parece tranquilo. Sigue defendiendo su inocencia, se queja de la lentitud de la instrucción judicial y no duda en lanzar algunos dardos. Vicente Betoret, compañero de la época dorada de los populares, aparece en esa diana imaginaria.
–¿Cómo termina un exdiputado del PP vendiendo electrodomésticos?
–Mira, la verdad es que se me estaba acabando el paro. Así que decidí cobrar los últimos meses de golpe y montar esto. Tenía unos amigos que se dedicaban a vender electrodomésticos con tara -más baratos por deficiencias- y yo también me lancé con ese negocio. Luego lo dejé. No quiero problemas con los clientes que, además, son vecinos.
Medina ya sólo se dedica al producto nuevo. Tiene 57 años. «Yo no podía ir a una empresa a pedir trabajo. Si ponen mi nombre en Google...». Es cierto. No aparecen enlaces meritorios. «Yo estoy seguro de que hay gente que no viene a la tienda por eso», lamenta.
En un despacho, al fondo de la estancia, guarda buena parte de la documentación del caso. Muestra unas hojas con todos los cuños de cuando acude a firmar al juzgado. Lo hace dos veces al mes. Lleva así cinco años. Está investigado en la causa del blanqueo del PP de Valencia y en la de Themática, la empresa que controlaba en la sombra el exgerente de Imelsa, Marcos Benavent. Anticorrupción le acusa de aprovecharse de Imelsa para pagar actos del PP de Moncada. «Eso es falso. La campaña la pagamos nosotros», tercia. Medina asegura disponer de documentación que probaría la existencia de esa cuenta del partido donde se realizaron los cargos. «La juez no me ha permitido presentar las cuentas. ¿Por qué no instan ellos a la entidad para que aporten esa documentación? Empiezo a dudar de su objetividad», añade. En esta última crítica incluye también a la Fiscalía.
Publicidad
Una reciente entrevista a Vicente Betoret en Valenciaplaza ha despertado cierta indignación en Medina. «Pero cómo puede decir que no sabía nada. Vamos a ver, Betoret conocía todo lo que hemos hecho para bien o para mal en el partido. Él tenía más poder que yo como secretario». El comercial guarda silencio. –«¿Recuerdas aquella querella que dijo en su día que le iba a poner a Benavent?»
–Sí.
–¿Sabes si la ha puesto? A lo mejor no lo hace porque tiene miedo de que hable.
Da la sensación que Medina guarda alguna bala -dialéctica- en la recámara. Tampoco conserva buen recuerdo del exgerente de Imelsa, impulsor de toda esta investigación. «A mí de dijo que contratáramos a la empresa Themática, que había funcionado muy bien». Luego descubrió que era él quien controlaba la mercantil en la sombra. En aquel momento, Benavent estaba en la Conselleria de Educación. «No me esperaba todo esto, la verdad. Y menos de una familia con fuertes convicciones religiosas como la suya».
Publicidad
El exalcalde lamenta la lenta instrucción judicial. «Vivo agobiado por las deudas». Asegura que su letrado ha presentado cinco escritos en la pieza de responsabilidad civil para que le permitan destinar parte del dinero de la venta de un piso al pago de una hipoteca de otra propiedad. «Pero no contestan». Esta queja ha sido recurrente en buena parte de los investigados en Imelsa. No descarta acudir incluso al Defensor del Pueblo. «Esto no es normal».
El alquiler de otro piso, de su madre fallecida, da algo de oxígeno a la economía familiar. «Eso y las ayudas de mis hijos». Del PP, como otros implicados en casos de corrupción, apenas tiene noticias. Ni buenas ni malas. «Y lo digo con un enorme dolor de corazón», precisa. «Me llamó alguna vez Francisco Camps para ver cómo estaba. Después de la detención, también recibí una llamada de Isabel Bonig por si necesitaba algo...»
Suscríbete a Las Provincias: 3 meses por 1€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.