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Burguera
Miércoles, 27 de marzo 2024, 12:18
El roce hace el cariño, o no. El exsíndic socialista Manolo Mata auguraba que la llegada de Vox a las instituciones, primero en la oposición y ahora participando en gobiernos, serviría para «institucionalizar» su actitud beligerante. Sin embargo, la moqueta no termina de hacer su ... efecto. Los voxistas continúan protagonizando episodios de crispación y tensión, en unas ocasiones a causa de sus declaraciones y en otros en virtud de sus iniciativas. El PSPV abandonó este lunes el pleno de la Diputación de Valencia después de que el portavoz provincial voxista les tildase de «partido criminal», lo que propició una llamada a la calma por parte del presidente provincial, el popular Vicente Mompó. Al PP le está tocando de manera recurrente aparecer a apagar fuegos políticos propiciados por un socio necesario en sus gobiernos.
En el Ayuntamiento de Valencia, la alcaldesa María José Catalá, ha corregido, cuando no se ha desmarcado, diversas iniciativas de sus socios, con Badenas a la cabeza. El paseo Guillem Agulló en el jardín de los Viveros, el 8-M y la presencia de Feijóo en el homenaje a las víctimas del incendio de Campanar evidencian los distintos puntos de vista en el seno del equipo de gobierno en la capital de la Comunitat. «Todo lo que no haga Vox en política de mujer en el Ayuntamiento de Valencia lo hará el PP», ha llegado a aclarar el pasado 8 de marzo la alcaldesa de Valencia.
En la Generalitat, con motivo de una campaña de Igualdad, 'Orgullo de Comunitat' sobre la diversidad, respecto a la que Vox quiso desmarcarse públicamente, y en relación a la puesta en marcha de un festival musical que frenó Presidencia. Las declaraciones que, de manera insistente, realiza la consellera voxista Elisa Núñez (Justicia) poniendo en duda las políticas sobre la violencia de género ponen en solfa la actuación de la consellera de Igualdad, Susana Camarero, que no tiene tampoco inconveniente en marcar distancias respecto a los voxistas. La portavoz del Consell, Ruth Merino, también tuvo que marcar distancias frente al tono escéptico que desde Agricultura se mantiene en todo lo relativo al cambio climático y la Agenda 2030, una situación que se reproduce también en el Ayuntamiento de Valencia.
El PP ha buscado el modo de esquivar, recientemente, la postura de la presidenta de Les Corts, la voxista Llanos Massó, respecto al premio Guillem Agulló, que daba hasta ahora el parlamento valenciano y que los populares han intentado derivar hacia la Federación Valenciana de Municipios y Provincias que preside el partido que lidera Mazón.
La agresividad de los voxistas tuvo su último ejemplo en la Diputación, este mismo lunes. El presidente de la Diputación, Vicent Mompó indicó antes de cerrar la sesión que no le gusta la «tensión» que se ha vivido en el debate de la moción de Vox, la última de las previstas en el orden del día. «Criminal no es una palabra que me guste», ha expuesto, además de decir que «la línea» que han de llevar los diputados y los debates de esta corporación «es otra».
Fuentes del PP aseguran que esta beligerancia verbal y de actuaciones políticas de los voxistas les benefician porque les centra. No obstante, otras fuentes admiten la incomodidad de observar cómo la oposición critica por igual a populares y voxistas y los incluye en el mismo saco, pues habitualmente los gobiernos en la Comunitat están liderados por los populares y apoyados por el partido de Abascal. Los resultados en las elecciones gallegas, los sondeos nacionales y las previsiones para el ciclo electoral de los próximos meses tampoco auguran buenos resultados para Vox, lo cual propicia que su tono, lejos de moderarse, continúe 'in crescendo' en busca de repercusión política.
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