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El efecto Marcos Benavent se asemeja a un terremoto. Su primera declaración judicial y el sorprendente cambio de relato -de colaborador a de la Fiscalía Anticorrupción a principal saboteador de la trama- dejó en shock a buena parte de los operadores jurídicos. Sus siguientes ... comparecencias han tenido menor impacto, como las réplicas que se registran tras un seísmo.
Este lunes se ha registrado una de esas ondas expansivas. El exgerente de Imelsa ha acudido a Instrucción 18 de Valencia, órgano que todavía instruye la investigación ocho años después del comienzo, para anunciar que se desdice de las declaraciones que prestó ante la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil en referencia a la supuesta financiación irregular del Olimpic de Xàtiva.
En aquella comparecencia acusó al expresidente de la Diputación, pero también alcalde de Xàtiva, de idear un sistema de facturación ficticia con el que conseguir fondos para el equipo de fútbol del municipio. Entonces dijo que supuestamente era así, pero ahora ha querido aclarar que no tiene ninguna certeza al respecto. Además, ha reiterado el mismo argumento que en anteriores ocasiones, que esas manifestaciones las hizo en su día para «perjudicar a Rus y al PP».
Los investigadores sospechan de dos operativas con las que nutrir las cuentas del equipo de fútbol. Por un lado, las aportaciones dinerarias por parte de empresas adjudicatarias de contratos en el Ayuntamiento. Por otro, pagos de Imelsa, dirigida por Marcos Benavent, por servicios inexistentes pero cuyo objetivo sería incrementar los fondos del club.
El juez mantiene como investigados a conocidos empresarios valencianos, como Carlos Turró (Cleop), Francisco Javier Luján (Construcciones Lujan) y Fernando Vicente Gallego (Llanera). Respecto al primer investigado, por ejemplo, Benavent sólo ha indicado que se puso en contacto con la empresa porque conocía las dificultades existentes para la construcción de una residencia. Pero nada más. Respecto a otras dos empresas ha querido precisar que sí efectuaron los trabajos por los que facturaron.
Benavent es el nexo que une dos tramas de corrupción en la Comunitat, el caso Imelsa con el caso Erial, la investigación de una supuesta fortuna oculta en el extranjero del expresidente de la Generalitat. Precisamente, el exgerente está citado en los próximos día en el juicio a Zaplana para declarar. Se espera que su testimonio sea favorable al principal acusado porque ahora considera que el registro que se efectuó en su día del despacho de su primer abogado, Ramiro Blasco, fue ilegal y le abocó a una indefensión.
El exgerente optó al principio de la investigación por colaborar y reconocer su participación en todo el entramado delictivo. Tras el cambio de letrado, ahora está representado por el penalista Juan Carlos Navarro, su estrategia consiste en buscar nulidades de la investigación en esta macrocausa.
Benavent ha lamentado las condiciones en las que, en ocasiones, ha acudido a declarar. Asó lo hizo durante una de sus declaraciones en un juicio de la pieza de Imelsa. No precisó si se refería al juzgado o ante la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil. «Declaraciones de horas y horas, sin dormir, sin comer, como cuando vine a hacer el caso de Zaplana; sin saber a donde venía, presionado».
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