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H. E.
Domingo, 17 de febrero 2019, 00:07
El expresidente de la Generalitat Eduardo Zaplana lo quería tener todo bajo control. Todas las conversaciones y las reuniones vinculadas a la trama de presunto blanqueo de capitales tenían el nexo común del exministro, aunque el interés de sus socios era que la figura de Zaplana quedara velada en las conversaciones telefónicas. Ese esfuerzo por mantener en un segundo plano al exministro no siempre fue posible y la investigación policial fue capaz de datar reuniones y grabar conversaciones que situaron a Zaplana en la presunta trama para blanquear las mordidas pagadas por la empresa de la familia Cotino.
Una de esas reuniones se produjo en la cafetería del hotel Agir de Benidorm el 25 de enero de 2018. Una cita convocada para hablar de negocios y que provocó que Zaplana se desplazara adrede desde Madrid a la cita. Un agente de la policía siguió toda la conversación desde una mesa próxima. «Los investigados se sienten cómodos en estas reuniones personales y confiados en que el contenido de las mismas no puede trascender», señalan los informes del sumario del caso Erial. El primero que llegó a la cita en Benidorm el 25 de enero de 2018 fue Zaplana. A las 17:28 horas apareció Joaquín Barceló, administrador de la mayoría de las sociedades creadas para blanquear las mordidas. Pasadas las seis de la tarde, entraron en el local Francisco Grau, considerado el ingeniero de la maraña de empresas, y Roberto Bataouche.
Como consta en el sumario del caso Erial, durante esa reunión «el diálogo parece girar en torno a un tipo de negocio, mencionándose las cantidades de 70.000 euros de intereses o 200.000 euros libre», nombran algunas entidades bancarias, se refieren al pago de alguna hipoteca y charlan sobre algún juez o sobre un fiscal de la Audiencia Provincial de Alicante. Al final de la reunión, Zaplana manifiesta: «Nos engañaron en el último momento».
El primero que se fue de la reunión fue Bataouche, quedándose Zaplana, Barceló y Grau, tres de los hombres fuertes de la presunta trama de blanqueo, según la investigación policial. La reunión siguió, Grau mostró un documento y hablaron sobre la construcción de un terreno. A las 19:16 horas, los tres dejaron la cafetería del hotel. Zaplana, entonces, cogió la autopista rumbo a Valencia, donde días antes se produjo una reunión en un inmueble de la calle Bilbao.
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