Zaplana, en su última palabra al tribunal: «Fue un orgullo dedicarme a la vida pública. La política no tiene la culpa de que yo esté aquí»

Zaplana fue el primero en tomar la palabra. Lo hizo de pie, apenas unas frases. Resumió la idea general que llevaba preparada. «Se ha querido trasladar una imagen de mí de un grupo criminal que usa y abusa de sus relaciones personales. Siempre he sido un buen amigo y cuando he podido hacer un favor lo he hecho siempre, sin contraprestaciones», atajó.

También se ha trasladado -continuó el exministro- «la sensación de ser una persona paranoica por esconder su vida». El fiscal le reprochó entrar a su casa como «un hurón», escondido para no ser identificado por los vecinos. «Todos mis bienes se incluyen en una pericial económica que se hizo cuando estaba en la cárcel», recordó. «No hay más».

«No he cometido ilegalidad en la Generalitat valenciana y no he tenido nunca dinero en el extranjero». Se trata exactamente de la misma tesis que ya adelantó a la salida de prisión tras nueve meses encarcelado. Ahora, las conformidades ponen en duda esa versión de la historia. Y llegó la parte política, un pequeño mitin que incluso forzó al propio presidente del tribunal a intervenir... «Esto no tiene nada que ver», le apuntó. Pero el exministro continuó.

Fue un discurso más político que judicial, en el sentido de evitar ceñirse a los hechos del juicio. «Sigo manifestando mi dedicación y orgullo por los años de dedicación a la vida pública, aunque su ejercicio me haya traído aquí. La política no tiene la culpa de que yo esté aquí», aclaró.

La intervención de Joaquín Barceló, que llevaba un folio preparado, se centró en aclarar dos cuestiones secundarias. En cambio, sí resultó más interesante la declaración de Juan Francisco García, el exjefe de gabinete del expresidente. La tensión entre ambos se ha disparado a raíz de la confesión de García y del intento de la defensa de Zaplana por desacreditarla. El que fuera la mano derecha del presidente aprovechó su turno para responder al informe del abogado de Zaplana. «Todo lo que declaré es absolutamente verdad. No son interpretaciones. Lo que dije es porque lo conozco y desgraciadamente participé». Añadió que su uso de la última palabra era para asegurarse que iba a estar «absolutamente tranquilo, que nadie diga que he sido inmoral», se justificó. El exdirigente negó que él le diera dos millones de euros a Zaplana, como supuestamente este le había dicho a Barceló. Y aportó un elemento de cierta lógica: «No tiene sentido que yo haga una operación de este tipo con Juan Cotino sin que él tuviera conocimiento de esto».

El acusado aprovechó para desacreditar al que fuera presidente de la Generalitat. Así, desveló una reunión que mantuvo con él hace unos meses, pero sin concretar cuándo. El encuentro se produjo en presencia de otro de los acusados, probablemente Barceló, aunque no lo precisó. «Le expliqué que estaba iniciando un proceso de conformidad y como amigo suyo le recomendé que hiciera lo mismo. 'Debes pensar en ti y en tu familia y en una serie de personas, el resto de acusados, porque su suerte se liga a la tuya'. La respuesta de Zaplana es fácil de imaginar tras asistir a la celebración del juicio. «Le sigo considerando mi amigo», precisó García. Se ignora si fue un gesto de cara a la galería el día que el juicio de Erial, que comenzó el 20 de marzo, quedaba visto para sentencia.