700 invitados de la alta sociedad, famosos y mucho glamur, la boda del año se celebra en Valencia

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María José Carchano

La ceremonia religiosa se celebrará el sábado a las seis de la tarde en la iglesia de San Agustín, una de las que tiene un mayor aforo después de la Catedral, y donde pueden asistir quinientas personas sentadas y otras cien de pie. Entre los invitados, es probable que asista Paloma Cuevas, una de las mejores amigas de Cristina Yanes, la madre de la novia, además de otros nombres conocidos como Pedja y Aneta Mijatovic, Esther Alcocer, Patricia Cerezo, Sandra García-Sanjuán, Gema Ruiz, Genoveva Casanova, Margarita Vargas y Luis Alfonso de Borbón, habituales en el círculo de amistades de la familia. De los valencianos, los únicos invitados eran Mayrén Beneyto -no podrá ir porque ya tenía un viaje organizado a Roma para ver a su hijo- y Emilia Segura, que tampoco podrá asistir.

El padre de la novia ha reservado Las Arenas exclusivamente para la boda desde el viernes hasta el domingo. De hecho, en la página web del establecimiento de lujo no hay posibilidad de alojarse esos días y aparece como cerrado. En realidad, allí se alojarán algunos de los invitados, pero no todos, ya que sólo tiene 253 habitaciones, así que han reservado en otros hoteles de la ciudad.

De hecho, los novios han preparado todos los detalles para que los invitados se sientan lo más cómodos y atendidos posibles. «Tienen a todo el personal del hotel a su disposición», explica Marián Yanes, tía de la novia y la mujer que mejor conoce todos los detalles porque se está ocupando de la organización de la boda con su empresa Myles de Aderezos (Myles es acrónimo Marian Yanes López España). «Una boda para 700 invitados es un reto. Son muchísimos detalles. Afortunadamente tenemos la grandísima suerte de tener el apoyo de tener a todo el personal del hotel, que estará volcado para que todo salga perfecto».

El banquete se celebrará en los jardines del hotel y la cena correrá a cargo del chef del restaurante La Brasserie ubicado en el histórico hotel, José María Baldo. Allí se ofrecerá primero un cóctel con música en vivo. Aún así, la boda no será tematizada. «Me gustan mucho las fiestas temáticas, pero si es un enlace hago solo bodas religiosas -explica la tía de la novia-. Soy una persona que me encanta vivir la ceremonia desde la más estricta tradición; es decir, no pongo el himno del Real Madrid al entrar en la iglesia aunque me lo pidan; se trata de un sacramento litúrgico y hay que vivirlo como tal. Me gusta ayudarles a vivir el camino al altar, darles la pauta de lo que tienen que leer, cómo tienen que vivir la ceremonia, la música adecuada, mandar el texto a las personas que van a leer e incluso les ayudo a hacer las peticiones».

Marián Yanes se emociona especialmente al pensar en la ceremonia religiosa porque será su hijo Esteban Bernárdez Yanes -primo de la novia- quien case a la pareja. «Mi hijo tiene 27 años, lleva dos años ordenado sacerdote», explica Marián, que va a tener el complicado reto de organizar la boda y, al mismo tiempo, vivirla como tía de la novia. En una ceremonia de estas características, con tantos invitados, no se ha dejado nada al azar. Habrá un ensayo previo, un protocolo y una planificación perfecta. «Cuando se trata de un evento de tantísima importancia me reúno con mi equipo, que es espectacular, y creamos todo, desde la paleta de color, el proyecto de iluminación, la música, los detalles de la boda. Por ejemplo, intento que el vestido vaya a.

Marian Yanes ya se ha ocupado de otros eventos importantes, pero este es un reto especial. «El año pasado organicé un evento para una firma de lujo con 600 personas en Toledo, pero ya no se hacen bodas como estas, la media son 150 invitados, como mucho 250». La tía de la novia conoce bien Valencia porque ha vivido muchos años aquí, dirigiendo la joyería Yanes. «La cerré porque mi marido era militar y le trasladaron a otro destino; cuando falleció me di cuenta de que quería dedicarme a la organización de eventos. Cuido mucho los detalles, la decoración y hasta la papelería, no dejamos nada al azar, especialmente la ceremonia religiosa».

Los padres de la novia han celebrado dos aniversarios de casados en otros dos hoteles del grupo hotelero que preside José Luis Santos, en Málaga y Barcelona. En esta ocasión, el elegido ha sido el de Valencia para casar a la única hija -tienen dos hijos varones- del matrimonio, que estudió el doble grado de Administración de Empresas y Derecho en ICADE entre 2014 y 2019, que completó con el master de acceso a la abogacía en el Centro de Estudios Garrigues. Natalia Santos es asociada de derecho corporativo en este mismo despacho, Garrigues, uno de los más prestigiosos de España, aunque su carrera profesional la comenzó como consejera legal en Telefónica. Por su parte, Esteban Rivas estudió el mismo doble grado que Natalia en ICADE y se especializó en mercantil. Ahora ejerce de gerente general adjunto en la empresa familiar de transportes, y que fundó su abuelo.

Hay muchos detalles de la boda que no se conocen, comenzando por el vestido de la novia, que se ha mantenido en el más riguroso secreto. Tampoco se sabe mucho de cómo será la preboda, que los novios han preparado en Valencia. Lo que sí se conoce es que algunos invitados irán llegando a partir del jueves en un fin de semana que va a ser muy especial.

El Hotel Balneario Las Arenas es el único establecimiento de cinco estrellas gran lujo de la ciudad, y se abrió en 2006 por el Grupo Santos, en una época en el que en Valencia se respiraba el glamur que llegó de la mano de la Copa América de vela. El proyecto, obra de los arquitectos Nebot, Alfaro y Amorrotu, nació con el objetivo de devolver a la playa de las Arenas el esplendor que vivió a principios del siglo XX y para ello tomaron como base el modelo arquitectónico de los pabellones del antiguo balneario. El conjunto se estructura en el interior de una parcela ajardinada de más de 20.000 m2 con un jardín donde se ha mantenido el conjunto de especies que ya existían (palmeras, tamarindos, jacarandas, etc.) con más de 100 años de antigüedad.

Además del de Valencia, el Grupo Santos gestiona hoteles en Madrid, Málaga, Santander, Zaragoza, Murcia, Mallorca, Barcelona o Baqueira. Por su parte, la familia Yanes tienen una historia joyera que se remonta a más de 160 años de antigüedad, cinco generaciones dedicados al diseño de joyas y que siempre han tenido una estrecha relación con la Familia Real desde la boda de Alfonso XIII y Victoria Eugenia. De hecho, hay una relación personal con los Reyes Felipe VI y Letizia.