Iris Lezacano repasa uno de los álbumes de fotos en el jardín de la casa familiar de Aldaia, sentada junto a la cabaña que construyó su padre para ella y sus dos hermanas. Allí, donde pasaba los veranos con sus hermanas y sus dos primos, vivió algunos de los mejores momentos de su infancia. Ella se define como una niña muy pizpireta, divertida, activa y expresiva. Nunca estaba quieta y le gustaba hacer bromas, disfrazarse, inventar historias... Fue con sus hermanas con quien comenzó a organizar sus primeras obras de teatro, y desde entonces la interpretación se convirtió en su pasión; llevándole a tener una exitosa carrera, participando en producciones como 'Hospital Central', 'La alquería blanca' o 'Sin tetas no hay paraíso'.Texto: Elena Meléndez | Fotos: Irene Marsilla
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