Borrar

Domingo, 23 de junio 2019, 01:23

Modo oscuro

Valenciano de adopción, escogió la profesión que había visto en casa y tiene claro que nunca se retirará. «Moriré con las tijeras en la mano». Ahora se refugia en su trabajo desde que su mujer falleció, también joven. «He aprendido a vivir en soledad dándome a los demás», explica quien se formó para ser sacerdote.

DAMIÁN TORRES
Valenciano de adopción, escogió la profesión que había visto en casa y tiene claro que nunca se retirará. «Moriré con las tijeras en la mano». Ahora se refugia en su trabajo desde que su mujer falleció, también joven. «He aprendido a vivir en soledad dándome a los demás», explica quien se formó para ser sacerdote.
Valenciano de adopción, escogió la profesión que había visto en casa y tiene claro que nunca se retirará. «Moriré con las tijeras en la mano». Ahora se refugia en su trabajo desde que su mujer falleció, también joven. «He aprendido a vivir en soledad dándome a los demás», explica quien se formó para ser sacerdote.

Valenciano de adopción, escogió la profesión que había visto en casa y tiene claro que nunca se retirará. «Moriré con las tijeras en la mano». Ahora se refugia en su trabajo desde que su mujer falleció, también joven. «He aprendido a vivir en soledad dándome a los demás», explica quien se formó para ser sacerdote.

DAMIÁN TORRES
Valenciano de adopción, escogió la profesión que había visto en casa y tiene claro que nunca se retirará. «Moriré con las tijeras en la mano». Ahora se refugia en su trabajo desde que su mujer falleció, también joven. «He aprendido a vivir en soledad dándome a los demás», explica quien se formó para ser sacerdote.
Valenciano de adopción, escogió la profesión que había visto en casa y tiene claro que nunca se retirará. «Moriré con las tijeras en la mano». Ahora se refugia en su trabajo desde que su mujer falleció, también joven. «He aprendido a vivir en soledad dándome a los demás», explica quien se formó para ser sacerdote.

Valenciano de adopción, escogió la profesión que había visto en casa y tiene claro que nunca se retirará. «Moriré con las tijeras en la mano». Ahora se refugia en su trabajo desde que su mujer falleció, también joven. «He aprendido a vivir en soledad dándome a los demás», explica quien se formó para ser sacerdote.

DAMIÁN TORRES
Valenciano de adopción, escogió la profesión que había visto en casa y tiene claro que nunca se retirará. «Moriré con las tijeras en la mano». Ahora se refugia en su trabajo desde que su mujer falleció, también joven. «He aprendido a vivir en soledad dándome a los demás», explica quien se formó para ser sacerdote.
Valenciano de adopción, escogió la profesión que había visto en casa y tiene claro que nunca se retirará. «Moriré con las tijeras en la mano». Ahora se refugia en su trabajo desde que su mujer falleció, también joven. «He aprendido a vivir en soledad dándome a los demás», explica quien se formó para ser sacerdote.

Valenciano de adopción, escogió la profesión que había visto en casa y tiene claro que nunca se retirará. «Moriré con las tijeras en la mano». Ahora se refugia en su trabajo desde que su mujer falleció, también joven. «He aprendido a vivir en soledad dándome a los demás», explica quien se formó para ser sacerdote.

DAMIÁN TORRES
Valenciano de adopción, escogió la profesión que había visto en casa y tiene claro que nunca se retirará. «Moriré con las tijeras en la mano». Ahora se refugia en su trabajo desde que su mujer falleció, también joven. «He aprendido a vivir en soledad dándome a los demás», explica quien se formó para ser sacerdote.
Valenciano de adopción, escogió la profesión que había visto en casa y tiene claro que nunca se retirará. «Moriré con las tijeras en la mano». Ahora se refugia en su trabajo desde que su mujer falleció, también joven. «He aprendido a vivir en soledad dándome a los demás», explica quien se formó para ser sacerdote.

Valenciano de adopción, escogió la profesión que había visto en casa y tiene claro que nunca se retirará. «Moriré con las tijeras en la mano». Ahora se refugia en su trabajo desde que su mujer falleció, también joven. «He aprendido a vivir en soledad dándome a los demás», explica quien se formó para ser sacerdote.

DAMIÁN TORRES
Valenciano de adopción, escogió la profesión que había visto en casa y tiene claro que nunca se retirará. «Moriré con las tijeras en la mano». Ahora se refugia en su trabajo desde que su mujer falleció, también joven. «He aprendido a vivir en soledad dándome a los demás», explica quien se formó para ser sacerdote.
Valenciano de adopción, escogió la profesión que había visto en casa y tiene claro que nunca se retirará. «Moriré con las tijeras en la mano». Ahora se refugia en su trabajo desde que su mujer falleció, también joven. «He aprendido a vivir en soledad dándome a los demás», explica quien se formó para ser sacerdote.

Valenciano de adopción, escogió la profesión que había visto en casa y tiene claro que nunca se retirará. «Moriré con las tijeras en la mano». Ahora se refugia en su trabajo desde que su mujer falleció, también joven. «He aprendido a vivir en soledad dándome a los demás», explica quien se formó para ser sacerdote.

DAMIÁN TORRES
Valenciano de adopción, escogió la profesión que había visto en casa y tiene claro que nunca se retirará. «Moriré con las tijeras en la mano». Ahora se refugia en su trabajo desde que su mujer falleció, también joven. «He aprendido a vivir en soledad dándome a los demás», explica quien se formó para ser sacerdote.
Valenciano de adopción, escogió la profesión que había visto en casa y tiene claro que nunca se retirará. «Moriré con las tijeras en la mano». Ahora se refugia en su trabajo desde que su mujer falleció, también joven. «He aprendido a vivir en soledad dándome a los demás», explica quien se formó para ser sacerdote.

Valenciano de adopción, escogió la profesión que había visto en casa y tiene claro que nunca se retirará. «Moriré con las tijeras en la mano». Ahora se refugia en su trabajo desde que su mujer falleció, también joven. «He aprendido a vivir en soledad dándome a los demás», explica quien se formó para ser sacerdote.

DAMIÁN TORRES
Valenciano de adopción, escogió la profesión que había visto en casa y tiene claro que nunca se retirará. «Moriré con las tijeras en la mano». Ahora se refugia en su trabajo desde que su mujer falleció, también joven. «He aprendido a vivir en soledad dándome a los demás», explica quien se formó para ser sacerdote.
Valenciano de adopción, escogió la profesión que había visto en casa y tiene claro que nunca se retirará. «Moriré con las tijeras en la mano». Ahora se refugia en su trabajo desde que su mujer falleció, también joven. «He aprendido a vivir en soledad dándome a los demás», explica quien se formó para ser sacerdote.

Valenciano de adopción, escogió la profesión que había visto en casa y tiene claro que nunca se retirará. «Moriré con las tijeras en la mano». Ahora se refugia en su trabajo desde que su mujer falleció, también joven. «He aprendido a vivir en soledad dándome a los demás», explica quien se formó para ser sacerdote.

DAMIÁN TORRES
Valenciano de adopción, escogió la profesión que había visto en casa y tiene claro que nunca se retirará. «Moriré con las tijeras en la mano». Ahora se refugia en su trabajo desde que su mujer falleció, también joven. «He aprendido a vivir en soledad dándome a los demás», explica quien se formó para ser sacerdote.
Valenciano de adopción, escogió la profesión que había visto en casa y tiene claro que nunca se retirará. «Moriré con las tijeras en la mano». Ahora se refugia en su trabajo desde que su mujer falleció, también joven. «He aprendido a vivir en soledad dándome a los demás», explica quien se formó para ser sacerdote.

Valenciano de adopción, escogió la profesión que había visto en casa y tiene claro que nunca se retirará. «Moriré con las tijeras en la mano». Ahora se refugia en su trabajo desde que su mujer falleció, también joven. «He aprendido a vivir en soledad dándome a los demás», explica quien se formó para ser sacerdote.

DAMIÁN TORRES
Valenciano de adopción, escogió la profesión que había visto en casa y tiene claro que nunca se retirará. «Moriré con las tijeras en la mano». Ahora se refugia en su trabajo desde que su mujer falleció, también joven. «He aprendido a vivir en soledad dándome a los demás», explica quien se formó para ser sacerdote.
Valenciano de adopción, escogió la profesión que había visto en casa y tiene claro que nunca se retirará. «Moriré con las tijeras en la mano». Ahora se refugia en su trabajo desde que su mujer falleció, también joven. «He aprendido a vivir en soledad dándome a los demás», explica quien se formó para ser sacerdote.

Valenciano de adopción, escogió la profesión que había visto en casa y tiene claro que nunca se retirará. «Moriré con las tijeras en la mano». Ahora se refugia en su trabajo desde que su mujer falleció, también joven. «He aprendido a vivir en soledad dándome a los demás», explica quien se formó para ser sacerdote.

DAMIÁN TORRES
Valenciano de adopción, escogió la profesión que había visto en casa y tiene claro que nunca se retirará. «Moriré con las tijeras en la mano». Ahora se refugia en su trabajo desde que su mujer falleció, también joven. «He aprendido a vivir en soledad dándome a los demás», explica quien se formó para ser sacerdote.
Valenciano de adopción, escogió la profesión que había visto en casa y tiene claro que nunca se retirará. «Moriré con las tijeras en la mano». Ahora se refugia en su trabajo desde que su mujer falleció, también joven. «He aprendido a vivir en soledad dándome a los demás», explica quien se formó para ser sacerdote.

Valenciano de adopción, escogió la profesión que había visto en casa y tiene claro que nunca se retirará. «Moriré con las tijeras en la mano». Ahora se refugia en su trabajo desde que su mujer falleció, también joven. «He aprendido a vivir en soledad dándome a los demás», explica quien se formó para ser sacerdote.

DAMIÁN TORRES
Valenciano de adopción, escogió la profesión que había visto en casa y tiene claro que nunca se retirará. «Moriré con las tijeras en la mano». Ahora se refugia en su trabajo desde que su mujer falleció, también joven. «He aprendido a vivir en soledad dándome a los demás», explica quien se formó para ser sacerdote.
Valenciano de adopción, escogió la profesión que había visto en casa y tiene claro que nunca se retirará. «Moriré con las tijeras en la mano». Ahora se refugia en su trabajo desde que su mujer falleció, también joven. «He aprendido a vivir en soledad dándome a los demás», explica quien se formó para ser sacerdote.

Valenciano de adopción, escogió la profesión que había visto en casa y tiene claro que nunca se retirará. «Moriré con las tijeras en la mano». Ahora se refugia en su trabajo desde que su mujer falleció, también joven. «He aprendido a vivir en soledad dándome a los demás», explica quien se formó para ser sacerdote.

DAMIÁN TORRES
Valenciano de adopción, escogió la profesión que había visto en casa y tiene claro que nunca se retirará. «Moriré con las tijeras en la mano». Ahora se refugia en su trabajo desde que su mujer falleció, también joven. «He aprendido a vivir en soledad dándome a los demás», explica quien se formó para ser sacerdote.
Valenciano de adopción, escogió la profesión que había visto en casa y tiene claro que nunca se retirará. «Moriré con las tijeras en la mano». Ahora se refugia en su trabajo desde que su mujer falleció, también joven. «He aprendido a vivir en soledad dándome a los demás», explica quien se formó para ser sacerdote.

Valenciano de adopción, escogió la profesión que había visto en casa y tiene claro que nunca se retirará. «Moriré con las tijeras en la mano». Ahora se refugia en su trabajo desde que su mujer falleció, también joven. «He aprendido a vivir en soledad dándome a los demás», explica quien se formó para ser sacerdote.

DAMIÁN TORRES
Valenciano de adopción, escogió la profesión que había visto en casa y tiene claro que nunca se retirará. «Moriré con las tijeras en la mano». Ahora se refugia en su trabajo desde que su mujer falleció, también joven. «He aprendido a vivir en soledad dándome a los demás», explica quien se formó para ser sacerdote.
Valenciano de adopción, escogió la profesión que había visto en casa y tiene claro que nunca se retirará. «Moriré con las tijeras en la mano». Ahora se refugia en su trabajo desde que su mujer falleció, también joven. «He aprendido a vivir en soledad dándome a los demás», explica quien se formó para ser sacerdote.

Valenciano de adopción, escogió la profesión que había visto en casa y tiene claro que nunca se retirará. «Moriré con las tijeras en la mano». Ahora se refugia en su trabajo desde que su mujer falleció, también joven. «He aprendido a vivir en soledad dándome a los demás», explica quien se formó para ser sacerdote.

DAMIÁN TORRES
Valenciano de adopción, escogió la profesión que había visto en casa y tiene claro que nunca se retirará. «Moriré con las tijeras en la mano». Ahora se refugia en su trabajo desde que su mujer falleció, también joven. «He aprendido a vivir en soledad dándome a los demás», explica quien se formó para ser sacerdote.
Valenciano de adopción, escogió la profesión que había visto en casa y tiene claro que nunca se retirará. «Moriré con las tijeras en la mano». Ahora se refugia en su trabajo desde que su mujer falleció, también joven. «He aprendido a vivir en soledad dándome a los demás», explica quien se formó para ser sacerdote.

Valenciano de adopción, escogió la profesión que había visto en casa y tiene claro que nunca se retirará. «Moriré con las tijeras en la mano». Ahora se refugia en su trabajo desde que su mujer falleció, también joven. «He aprendido a vivir en soledad dándome a los demás», explica quien se formó para ser sacerdote.

DAMIÁN TORRES
Valenciano de adopción, escogió la profesión que había visto en casa y tiene claro que nunca se retirará. «Moriré con las tijeras en la mano». Ahora se refugia en su trabajo desde que su mujer falleció, también joven. «He aprendido a vivir en soledad dándome a los demás», explica quien se formó para ser sacerdote.
Valenciano de adopción, escogió la profesión que había visto en casa y tiene claro que nunca se retirará. «Moriré con las tijeras en la mano». Ahora se refugia en su trabajo desde que su mujer falleció, también joven. «He aprendido a vivir en soledad dándome a los demás», explica quien se formó para ser sacerdote.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

lasprovincias Antonio Puebla, uno de los mejores sastres del mundo.