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Domingo, 23 de junio 2019, 01:23

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Valenciano de adopción, escogió la profesión que había visto en casa y tiene claro que nunca se retirará. «Moriré con las tijeras en la mano». Ahora se refugia en su trabajo desde que su mujer falleció, también joven. «He aprendido a vivir en soledad dándome a los demás», explica quien se formó para ser sacerdote.

DAMIÁN TORRES
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DAMIÁN TORRES
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DAMIÁN TORRES
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