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La zona exterior de la vivienda, donde se ha usado el yute para crear unos estores. DAVID ZARZOSO

La austera casa en Moraira ideada por una interiorista para su familia (el resultado es único)

La interiorista ha convertido Can Bau, en colaboración con Viraje, en su proyecto más personal, una vivienda ubicada en Moraira para su familia, y donde los recursos estéticos no existen; sólo las texturas, los materiales naturales y una sensación de paz única

Lunes, 27 de mayo 2024, 00:29

Can Bau tiene algo de onírico, quizás porque para la interiorista Paloma Bau es un sueño hecho realidad. Su proyecto más personal. Aquel que le ... ha permitido hacer felices a las personas que más quiere. El que le ha traído otros trabajos y unas alegrías que no esperaba. Se trata del primer proyecto de obra nueva de esta interiorista y arquitecta técnica, que desde el primer momento supo que iba a contar con la colaboración de Viraje Arquitectura. «Con Raúl, que es su CEO, habíamos hablado muchas veces la posibilidad de trabajar juntos, y no imagino mejor resultado», explica Paloma.

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Junto a sus padres y su hermana decidieron comprar una parcela en Moraira, el lugar donde siempre habían veraneado, para crear una vivienda que pudiera albergar a las tres familias. El resultado es una casa donde apenas se han usado recursos estéticos, y donde la austeridad es su principal valor. «El uso de los materiales, las texturas, el ambiente, el lugar... Dicen quienes la visitan que baja la tensión», bromea Paloma, que agradece además el orgullo de haber podido trabajar con Viraje, que acaba de ser incluido entre los cien mejores estudios del país por la revista de decoración AD.

Paloma Bau, en su estudio en Ruzafa. JESÚS SIGNES

Can Bau

Paloma Bau estudió Arquitectura Técnica en la Universidad Politécnica de Valencia y de ahí Interiorismo en Barcelona. Can Bau es su proyecto más personal, en colaboración con Viraje Arquitectura, un estudio que acaba de ser incluido entre los cien mejores de España por AD. Bau cuida los detalles, busca la diferenciación y viaja hasta la esencia.

A Paloma Bau siempre le gustó la decoración, y se recuerda de niña cambiando de lugar los muebles de su habitación. «Si podía, de la casa entera», ríe esta mujer que estudió en Valencia y posteriormente en Barcelona, donde trabajó unos años hasta que la crisis la obligó a volver a su tierra natal. Fue hace cinco años, «un poco antes de nacer mi hijo», cuando se pudo establecer por su cuenta y crear el estudio que siempre había soñado. «Me encanta mi trabajo, es mi vida, mi hobby, mi pasatiempo, al que le dedico más horas de las que debería, pero que me hace muy feliz». Durante estos años ha trabajado en retail y restauración, y suyos son proyectos como los restaurantes Madre o Moby Dick. Además, acaba de terminar su primer trabajo en Madrid. Son proyectos que le permiten desarrollar su creatividad, pero también le gusta poder cumplir sueños más personales en viviendas. «Acabas teniendo una relación muy estrecha con los propietarios porque entras en su intimidad, conoces su día a día, su forma de relacionarse con la familia, con los hijos...». Quizás el trabajo de psicóloga de su madre le ha ayudado a empaparse de la empatía necesaria para entenderles.

Si tiene que definir su estilo, se lo piensa. «Siempre tiene que contar una historia, que todo tenga un sentido», explica la interiorista, que ha conseguido que Can Bau sea también el arranque de otros relatos. Porque los escasos recursos estéticos de la vivienda de Moraira los ha trasladado a otros proyectos. «A veces, lo realmente importante son los reflejos que genera la luz, las texturas, los materiales de verdad». De hecho, en Can Bau sólo se han usado barro cocido, hormigón, piedra y cañizo, siempre en tonos blancos y arena, muebles neutros y texturas naturales que se pueden tocar y sentir.

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Paloma Bau está ahora inmersa en otro proyecto ilusionante, una casa de 200 años en Manises que es «una joya arquitectónica». Porque si hay algo que esta interiorista adora es intervenir en el patrimonio, recuperarlo. «Cada vez que veo una casa en ruinas me entran ganas de comprarla para poder restaurarla, sería mi pasatiempo», asegura.

El origen y el fin de Viraje

En 2009 nació el estudio Viraje, con el convencimiento de sus tres fundadores de que otra forma de construir y hacer arquitectura era posible. Primero fue un pequeño estudio al que se le fue añadiendo un equipo de profesionales multidisciplinares con una visión diferente sobre la edificación y la arquitectura. Así, Viraje busca cambiar la forma de entender los lugares que habitamos con sistemas constructivos industrializados, con una investigación continua de materiales, pero también de procesos, que les ha permitido crear submarcas donde adentrarse en el diseño o la promoción.

Además, está arrancando el diseño del espacio que se convertirá en su estudio, y que compartirá con la agencia de branding del valenciano Ausias Pérez, Tot Studio. «Creo sinceramente que la colaboración con otros profesionales, ya sea del mismo o de otro sector, permite elevar el nivel de los proyectos. Las sinergias son el futuro». De hecho, Paloma Bau no tiene problema en pedir ayuda si hay algo que no sabe. «Cada uno es bueno en algo y la colaboración siempre aporta».

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Reconoce además que ser madre también le ha aportado algunas cualidades que le han venido muy bien en su trabajo. «Me ha proporcionado más calma, más tranquilidad y más empatía con las personas, porque además coincidió que en el momento en que nació mi hijo mi estudio estaba arrancando». Así, Can Bau ha ido de la mano de su hijo y de su familia, quien está encantada con el resultado. «Confiaron en mí, y les estoy muy agradecida».

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