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La casa de Ana Carreño, objetos familiares

Ana Carreño se mudó hace unos meses al piso luminoso de la calle Cuenca que ha convertido en su hogar. Una construcción que data del año 1940 y que conserva el encanto de sus orígenes en forma de molduras en el techo y de unas particulares arcadas que tienen continuidad desde la entrada a lo largo del pasillo, concluyendo en el salón, donde forman una suerte de marco teatral. El mobiliario en tono madera oscuro y blanco lo trajo de su otra casa y se integra con piezas antiguas. En una de las estanterías atesora parte de sus libros sobre genealogía, una disciplina que le conquistó hace veinte años y que se ha convertido en una de sus grandes pasiones. Llaves que abrieron casas en otro siglo, libros antiguos o baúles de piel. La directora de la Pasarela de les Arts ha encontrado un refugio en el que alberga tesoros del pasado.

Viernes, 25 de octubre 2019, 01:54

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Ana Carreño se mudó hace unos meses al piso luminoso de la calle Cuenca que ha convertido en su hogar. Una construcción que data del año 1940 y que conserva el encanto de sus orígenes en forma de molduras en el techo y de unas particulares arcadas que tienen continuidad desde la entrada a lo largo del pasillo, concluyendo en el salón, donde forman una suerte de marco teatral. El mobiliario en tono madera oscuro y blanco lo trajo de su otra casa y se integra con piezas antiguas. En una de las estanterías atesora parte de sus libros sobre genealogía, una disciplina que le conquistó hace veinte años y que se ha convertido en una de sus grandes pasiones. Llaves que abrieron casas en otro siglo, libros antiguos o baúles de piel. La directora de la Pasarela de les Arts ha encontrado un refugio en el que alberga tesoros del pasado.

FOTOS: DAMIÁN TORRES | TEXTO: ELENA MELÉNDEZ
Ana Carreño se mudó hace unos meses al piso luminoso de la calle Cuenca que ha convertido en su hogar. Una construcción que data del año 1940 y que conserva el encanto de sus orígenes en forma de molduras en el techo y de unas particulares arcadas que tienen continuidad desde la entrada a lo largo del pasillo, concluyendo en el salón, donde forman una suerte de marco teatral. El mobiliario en tono madera oscuro y blanco lo trajo de su otra casa y se integra con piezas antiguas. En una de las estanterías atesora parte de sus libros sobre genealogía, una disciplina que le conquistó hace veinte años y que se ha convertido en una de sus grandes pasiones. Llaves que abrieron casas en otro siglo, libros antiguos o baúles de piel. La directora de la Pasarela de les Arts ha encontrado un refugio en el que alberga tesoros del pasado.
Ana Carreño se mudó hace unos meses al piso luminoso de la calle Cuenca que ha convertido en su hogar. Una construcción que data del año 1940 y que conserva el encanto de sus orígenes en forma de molduras en el techo y de unas particulares arcadas que tienen continuidad desde la entrada a lo largo del pasillo, concluyendo en el salón, donde forman una suerte de marco teatral. El mobiliario en tono madera oscuro y blanco lo trajo de su otra casa y se integra con piezas antiguas. En una de las estanterías atesora parte de sus libros sobre genealogía, una disciplina que le conquistó hace veinte años y que se ha convertido en una de sus grandes pasiones. Llaves que abrieron casas en otro siglo, libros antiguos o baúles de piel. La directora de la Pasarela de les Arts ha encontrado un refugio en el que alberga tesoros del pasado.

Ana Carreño se mudó hace unos meses al piso luminoso de la calle Cuenca que ha convertido en su hogar. Una construcción que data del año 1940 y que conserva el encanto de sus orígenes en forma de molduras en el techo y de unas particulares arcadas que tienen continuidad desde la entrada a lo largo del pasillo, concluyendo en el salón, donde forman una suerte de marco teatral. El mobiliario en tono madera oscuro y blanco lo trajo de su otra casa y se integra con piezas antiguas. En una de las estanterías atesora parte de sus libros sobre genealogía, una disciplina que le conquistó hace veinte años y que se ha convertido en una de sus grandes pasiones. Llaves que abrieron casas en otro siglo, libros antiguos o baúles de piel. La directora de la Pasarela de les Arts ha encontrado un refugio en el que alberga tesoros del pasado.

FOTOS: DAMIÁN TORRES | TEXTO: ELENA MELÉNDEZ
Ana Carreño se mudó hace unos meses al piso luminoso de la calle Cuenca que ha convertido en su hogar. Una construcción que data del año 1940 y que conserva el encanto de sus orígenes en forma de molduras en el techo y de unas particulares arcadas que tienen continuidad desde la entrada a lo largo del pasillo, concluyendo en el salón, donde forman una suerte de marco teatral. El mobiliario en tono madera oscuro y blanco lo trajo de su otra casa y se integra con piezas antiguas. En una de las estanterías atesora parte de sus libros sobre genealogía, una disciplina que le conquistó hace veinte años y que se ha convertido en una de sus grandes pasiones. Llaves que abrieron casas en otro siglo, libros antiguos o baúles de piel. La directora de la Pasarela de les Arts ha encontrado un refugio en el que alberga tesoros del pasado.
Ana Carreño se mudó hace unos meses al piso luminoso de la calle Cuenca que ha convertido en su hogar. Una construcción que data del año 1940 y que conserva el encanto de sus orígenes en forma de molduras en el techo y de unas particulares arcadas que tienen continuidad desde la entrada a lo largo del pasillo, concluyendo en el salón, donde forman una suerte de marco teatral. El mobiliario en tono madera oscuro y blanco lo trajo de su otra casa y se integra con piezas antiguas. En una de las estanterías atesora parte de sus libros sobre genealogía, una disciplina que le conquistó hace veinte años y que se ha convertido en una de sus grandes pasiones. Llaves que abrieron casas en otro siglo, libros antiguos o baúles de piel. La directora de la Pasarela de les Arts ha encontrado un refugio en el que alberga tesoros del pasado.

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FOTOS: DAMIÁN TORRES | TEXTO: ELENA MELÉNDEZ
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FOTOS: DAMIÁN TORRES | TEXTO: ELENA MELÉNDEZ
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FOTOS: DAMIÁN TORRES | TEXTO: ELENA MELÉNDEZ
Ana Carreño se mudó hace unos meses al piso luminoso de la calle Cuenca que ha convertido en su hogar. Una construcción que data del año 1940 y que conserva el encanto de sus orígenes en forma de molduras en el techo y de unas particulares arcadas que tienen continuidad desde la entrada a lo largo del pasillo, concluyendo en el salón, donde forman una suerte de marco teatral. El mobiliario en tono madera oscuro y blanco lo trajo de su otra casa y se integra con piezas antiguas. En una de las estanterías atesora parte de sus libros sobre genealogía, una disciplina que le conquistó hace veinte años y que se ha convertido en una de sus grandes pasiones. Llaves que abrieron casas en otro siglo, libros antiguos o baúles de piel. La directora de la Pasarela de les Arts ha encontrado un refugio en el que alberga tesoros del pasado.
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Ana Carreño se mudó hace unos meses al piso luminoso de la calle Cuenca que ha convertido en su hogar. Una construcción que data del año 1940 y que conserva el encanto de sus orígenes en forma de molduras en el techo y de unas particulares arcadas que tienen continuidad desde la entrada a lo largo del pasillo, concluyendo en el salón, donde forman una suerte de marco teatral. El mobiliario en tono madera oscuro y blanco lo trajo de su otra casa y se integra con piezas antiguas. En una de las estanterías atesora parte de sus libros sobre genealogía, una disciplina que le conquistó hace veinte años y que se ha convertido en una de sus grandes pasiones. Llaves que abrieron casas en otro siglo, libros antiguos o baúles de piel. La directora de la Pasarela de les Arts ha encontrado un refugio en el que alberga tesoros del pasado.

FOTOS: DAMIÁN TORRES | TEXTO: ELENA MELÉNDEZ
Ana Carreño se mudó hace unos meses al piso luminoso de la calle Cuenca que ha convertido en su hogar. Una construcción que data del año 1940 y que conserva el encanto de sus orígenes en forma de molduras en el techo y de unas particulares arcadas que tienen continuidad desde la entrada a lo largo del pasillo, concluyendo en el salón, donde forman una suerte de marco teatral. El mobiliario en tono madera oscuro y blanco lo trajo de su otra casa y se integra con piezas antiguas. En una de las estanterías atesora parte de sus libros sobre genealogía, una disciplina que le conquistó hace veinte años y que se ha convertido en una de sus grandes pasiones. Llaves que abrieron casas en otro siglo, libros antiguos o baúles de piel. La directora de la Pasarela de les Arts ha encontrado un refugio en el que alberga tesoros del pasado.
Ana Carreño se mudó hace unos meses al piso luminoso de la calle Cuenca que ha convertido en su hogar. Una construcción que data del año 1940 y que conserva el encanto de sus orígenes en forma de molduras en el techo y de unas particulares arcadas que tienen continuidad desde la entrada a lo largo del pasillo, concluyendo en el salón, donde forman una suerte de marco teatral. El mobiliario en tono madera oscuro y blanco lo trajo de su otra casa y se integra con piezas antiguas. En una de las estanterías atesora parte de sus libros sobre genealogía, una disciplina que le conquistó hace veinte años y que se ha convertido en una de sus grandes pasiones. Llaves que abrieron casas en otro siglo, libros antiguos o baúles de piel. La directora de la Pasarela de les Arts ha encontrado un refugio en el que alberga tesoros del pasado.

Ana Carreño se mudó hace unos meses al piso luminoso de la calle Cuenca que ha convertido en su hogar. Una construcción que data del año 1940 y que conserva el encanto de sus orígenes en forma de molduras en el techo y de unas particulares arcadas que tienen continuidad desde la entrada a lo largo del pasillo, concluyendo en el salón, donde forman una suerte de marco teatral. El mobiliario en tono madera oscuro y blanco lo trajo de su otra casa y se integra con piezas antiguas. En una de las estanterías atesora parte de sus libros sobre genealogía, una disciplina que le conquistó hace veinte años y que se ha convertido en una de sus grandes pasiones. Llaves que abrieron casas en otro siglo, libros antiguos o baúles de piel. La directora de la Pasarela de les Arts ha encontrado un refugio en el que alberga tesoros del pasado.

FOTOS: DAMIÁN TORRES | TEXTO: ELENA MELÉNDEZ
Ana Carreño se mudó hace unos meses al piso luminoso de la calle Cuenca que ha convertido en su hogar. Una construcción que data del año 1940 y que conserva el encanto de sus orígenes en forma de molduras en el techo y de unas particulares arcadas que tienen continuidad desde la entrada a lo largo del pasillo, concluyendo en el salón, donde forman una suerte de marco teatral. El mobiliario en tono madera oscuro y blanco lo trajo de su otra casa y se integra con piezas antiguas. En una de las estanterías atesora parte de sus libros sobre genealogía, una disciplina que le conquistó hace veinte años y que se ha convertido en una de sus grandes pasiones. Llaves que abrieron casas en otro siglo, libros antiguos o baúles de piel. La directora de la Pasarela de les Arts ha encontrado un refugio en el que alberga tesoros del pasado.
Ana Carreño se mudó hace unos meses al piso luminoso de la calle Cuenca que ha convertido en su hogar. Una construcción que data del año 1940 y que conserva el encanto de sus orígenes en forma de molduras en el techo y de unas particulares arcadas que tienen continuidad desde la entrada a lo largo del pasillo, concluyendo en el salón, donde forman una suerte de marco teatral. El mobiliario en tono madera oscuro y blanco lo trajo de su otra casa y se integra con piezas antiguas. En una de las estanterías atesora parte de sus libros sobre genealogía, una disciplina que le conquistó hace veinte años y que se ha convertido en una de sus grandes pasiones. Llaves que abrieron casas en otro siglo, libros antiguos o baúles de piel. La directora de la Pasarela de les Arts ha encontrado un refugio en el que alberga tesoros del pasado.

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lasprovincias La casa de Ana Carreño, objetos familiares