Desembarco valenciano en la Feria de Abril de Sevilla

Vicente Boluda comparte caseta con un grupo de empresarios madrileños, valencianos y sevillanos desde hace veinte años. La Feria si no tienes caseta o alguien que te invite, pierde casi toda su gracia. Una vez allí, integrada en el ambiente, ya es más fácil ir de caseta en caseta.

Así ha pasado estos días Belén Bordils, que fue con su marido Manuel Suárez, invitados por un buen amigo sevillano. «La caseta es fantástica, muy familiar y divertidísima. Todo el mundo quiere pasarlo bien, cantar y bailar a tope. Allí cantan, tocan la guitarra, bailan… siempre música en vivo, de grupo flamenco o alguien se arranca a cantar y otro le acompaña con la guitarra y el cajón. Reciben visitas constantemente y son súper hospitalarios. Los anfitriones perfectos».

A Belén le encanta Andalucía. «La tradición la he heredado de mis padres, que siempre han ido al Rocío. Mi madre tiene trajes maravillosos, pero ya sabes que los trajes del Rocío y los de la feria son distintos y que aquí el protocolo es muy estricto. Además, cambian las modas y hay que renovar traje de flamenca todos los años. Es una gozada porque son preciosos y con la preparación de traje, mantoncillo y complementos, disfrutas a tope. Los nuestros nos los enviaron de Sevilla de una diseñadora llamada Rocío Peralta»

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Los trajes son buena parte del atractivo de la feria. «La feria es muy femenina, la mujer se luce mucho y el estilo se ve sobre todo en las casetas privadas», cuenta Amparo Llácer, que va desde hace treinta años a Sevilla con su marido, Vicente Macías. «Por la mañana vamos a la caseta, tomamos el aperitivo, comemos, luego paseo de caballos, por la tarde bailar, visitar casetas de otros amigos y flamenquito en directo. A nosotros nos gusta más la feria de día porque por la noche se masifica mucho y es para gente más joven».

Ver a la gente pasear en coche de caballos o a caballo es otro de los espectáculos. «En la puerta de nuestra caseta -explica Esther Pastor- hay un coche de caballos y puedes pasear por El Real con la puesta de sol y disfrutar del ambiente de la feria tomando un fino o un rebujito. Ese momento es maravilloso».

Durante el resto de la semana, el empresario y su mujer van visitando a sus amigos por sus distintas casetas, como la de Carlos Herrera y Ana Rosa Quintana, Cristina Tárrega, o empresarios de Sevilla como Miguel Gallego. «Fuimos a ver la actuación de Los del Río en la caseta de Caja Sol, después coincidimos con Feijóo en la caseta de la COPE, con Jaime de Marichalar y las influencers de moda Teresa Andrés y Marta Lozano y la actriz Paz Vega». Solo en su caseta, actuaron en directo artistas de flamenco de nivel como Davinia Jaén, Maloco, Machupamba o Calle Botica.

Sonia Baselga, Luis Frías y su hija Paloma Frías van todos los años porque tienen un amigo íntimo en Sevilla. «Este año aprovechando el lunes festivo hemos podido ir tres días, que saben a poco pero algo es algo. Vivimos la noche del pescaito, dos días de feria de caseta en caseta, paseo en coche de caballos y mucho rebujito y baile».

Otros valencianos que han disfrutado de los rebujitos y el flamenco son Salomé Corell y Ramón Biforcós, Amparo Agrait, que tuvo de anfitrión a Quino Buendía –«el coche de caballos nos lo ofreció el Presidente de la Asociación Valenciana en Sevilla y notario Eduardo Ballester y Montse Álvarez-, Arantxa Pérez Pous, que fue con sus amigas Paula Bernal, Ana Parejo, Elena Ravello, Paloma Tárrega, Angela Pla y Ana Varela; Delia Barral, una enamorada de Sevilla; Laura Gallego, Marta García Sanchís, Bea Sánchez y María Raga y Mariam Khadour, que vivió en la Maestranza una faena histórica de Morante con su amiga Juana Montaño.