El divertido cumpleaños circense regado con el champán que bebía Marilyn

Menos mal que el sentido común hace que cada vez más gente opte por el tardeo. Incluso hay quien decide celebrar su fiesta a plena luz del día. Eso hizo la brasileña afincada en Valencia Kellen Olimpio, un bellezón de mujer que cada vez que celebra su cumpleaños se planta un modelito de Alejandro Resta de quitar el hipo. El de este año le sentaba como un guante. «Era un vestido inspirado en el que llevó Marilyn Monroe en el cumpleaños de Kennedy. De línea ajustada y con un largo midi en color nude, llevaba bordados cientos de cristales de colores que dibujan la silueta», explicaba Resta.

Este año el cumpleaños de Kellen se celebró en el Hotel NH collection de Colón. La fiesta comenzaba a las dos del mediodía y prometía finalizar a las diez de la noche. Entre una hora y otra, la cumpleañera organizó una fiesta temática dedicada al circo y propuso a sus amigos vestir con colores llamativos, brillos, rayas, estampados animales o detalles dorados. «No se trata de disfrazarse -explicaba en la invitación- sino jugar con el concepto de manera elegante o casual, añadiendo un toque creativo al outfit». ¡Toma ya! La cosa se ponía difícil, pero los invitados cumplieron con el dress-code como unos campeones. Muchos se inspiraron en los disfraces de domador, con chalecos rojos y sombreros de copa. Así fueron Javier Pastor o Cristina García. Goyo Bonillo le puso algo más de creatividad y mezcló el sombrero de domador con una falda kilt escocesa, una camisa marinera de rayas y deportivas, mientras que su pareja, Quique Camps, se plantó una flor en la solapa de su traje chaqueta de raya diplomática.

Optaron por el estampado salvaje Octavio Guijarro, Pascual Silla, José Solana, Jessica García, Loli Garrido y Oscar Merino, el marido de Kellen. Más discretos fueron vestidos el estilista Álex Jordán y Max Rese, que solo pudo estar a mediodía en la fiesta porque tenía que estar pendiente de su nueva barbería Clandestino, en El Corte Inglés de Colón. La fiesta fue de lo más espléndida, como todas las que organiza Kellen: catering del restaurante Kamikaze con champán Piper, el mismo que tomaba Marilyn Monroe, cócteles, bailarines, música de DJ, un photocall circense de lo más mono y hasta un presentador comediante. Y a las diez a casita, a ponerse el pijama y ver una serie. Lo mejor fueron los regalos de sus amigos. «Tenía ganas de vestirme de fallera y me regalaron el traje, la mantilla y el aderezo, ¡voy a a ser la fallera brasileña!», recordaba riéndose.