Obregón versus Pedroche en Valencia

Chicas, admitámoslo, los retoques son como el alcohol, cuando te das cuenta te has pasado y lo has fastidiado. Ana García Obregón iba muy elegante pero se ha pasado y su cara parece la de un robot. En cualquier caso siempre mejor eso que la falta de gusto de Cristina Pedroche con ese tapete que se puso por vestido y que para más inri lució junto al elegante Chicote vestido de esmoquin. Aquí mucho feminismo pero la verdad a ningún hombre se le ocurre aparecer con un bañador turbo de lentejuelas en televisión. Aunque al paso que vamos todo se andará. Si lo que quería Pedroche era captar la atención, la Obregón se ganó a la audiencia con su personalidad, y eso que Anne Igartiburu iba tan embutida que no podía ni respirar. ¡Pobre, se ponía continuamente en jarras como cuando acabas de darte una carrera y necesitas respirar profundo!

Al final Obregón lanzó el mensaje de «tengo 65 años, he perdido un hijo y aquí estoy, transmitiendo optimismo». El mensaje que lanza la Pedroche es «aquí está mi cuerpo para robarle audiencia a la competencia».

Mayrén Beneyto es bastante más contundente: «La Pedroche iba desnuda, tiene buen tipo, pero llevaba un delantal taparrabos; Igartiburu no me gustó, creo que el peor año de todos, quizá por el pelo, y Anita estaba tan mal de cara la pobre que el traje no le favorecía, pero hay que comprender su situación». Mayrén fue la estrella del programa de fin de año de la 8TV que presentó Julio Tormo. Ella no necesita estilista. Si alguna mujer en Valencia tiene fondo de armario y sabe qué ponerse en cada ocasión, esa es Mayrén. Para una noche tan glamurosa eligió un vestido negro largo de tul y azabache, con una falda espléndida, de Marta de Diego, barroco como le gusta a ella, ampuloso e imperecedero, digno de un cotillón de los de antes.

Y ¿qué opina Marta de los modelitos de las presentadoras? Pues más o menos lo mismo que Mayrén. «Igartiburu y Obregón, dos señoras dando las campanadas elegantes, una más conservadora -Igartiburu- y la otra más arriesgada. Y Pedroche, desnuda, con un vestido ideal para el Circo del Sol».

Marta tomó las uvas en familia, con sus hijas Cayetana y Casilda y su nieta Cateyana. Como el presidente de la Fundación Bancaja, Rafa Alcón, que brindó por el nuevo año con sus hijos Carlos y Paula, que este año ha montado su Cool Market con la misma ilusión de siempre. «Llevamos mascarillas fucsia para dar un poco de alegría y abriremos hasta el 5 de enero». Por el mercadillo han pasado Pilar Vázquez, Cucú Garrigues, Melene Santonja, Irene Guasque, Carmen de Paz, Carmen Alfonso, Carmen Vives y hasta la novia de Bustamante, Yala Olina, que le dio el punto de famoseo.

En familia también celebraron la Nochevieja los joyeros Mamen Puchades y Guillermo Martorrell, las hermanas Ana y Sara Joudí, tan elegantes las dos, y Mónica Duart, que no renunció al vestido de lentejuelas para cenar en casa de sus padres María José García Padilla y Enrique Duart junto a sus hermanos Toti y Quique.

Otros, como Laura Fitera, adelantaron la fiesta y optaron por una merienda cena. «Nos hemos puesto guapísimas, de rojo, para que haya pasión y emoción; yo llevo un kimono antiguo de novia japonesa. Brindamos por adelantado y las uvas nos las tomamos cada una en nuestra casa y el día 1 nos reunimos los más íntimos en una comida».

Julia Pérez Broseta comió el último día del año en el restaurante Basea con la interiorista Verónica Montijano, el arquitecto Carlos Salazar y el sastre Antonio Puebla. Y el interiorista Carlos Serra y su pareja Víctor Nebot cenaron en su casa de Xàbia con Maite Ferrer, Eva Rubio, Manuela Morales y Mikel Navarro. Fue una cena tranquila en la que Carlos se atrevió con el solomillo Wellington como planto principal. Claro que para tranquilo, Valentín Herráiz, que cenó solo vestido con pijama, de seda, eso sí.