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Marisa Marín es una mujer incansable. A sus 88 años, una edad en la que muchas estaríamos en casa viendo la tele, ella sigue activa y con ganas de emprender proyectos. Marisa es el alma y el motor de la Orden del Querer Saber, una asociación de mujeres que quieren ayudar a la sociedad y aprender con charlas y conferencias. El jueves celebraron la tercera edición de sus Premios a la Excelencia Personal y Profesional con una cena de gala en el Ateneo a beneficio de la asociación del síndrome KGB.
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María José Carchano
Los premios fueron para la empresaria Mónica Duart García, el traumatólogo Enrique Gastaldi, el nefrólogo José Luis Gorriz, el catedrático de parasitología Santiago Mas Coma, el financiero José Luis Nogues, la catedrática y restauradora de arte Carmen Pérez, el torero Vicente Ruiz «El Soro», la Escolanía Virgen de los Desamparados y el Tribunal de las Aguas. Además recibieron un premio especial por su labor social y humanidad Luis Pla Castellano y Julián García García-Antón. Junto a Marisa Marín, en la mesa presidencial, estuvo el naviero Vicente Boluda con su mujer, Esther Pastor, y la presidenta del Ateneo, Carmen de Rosa.
A la gala fue la teniente alcalde del Ayuntamiento María José Ferrer Sansegundo, la directora general de Investigación Mariola Penadés, el presidente de la Audiencia Provincial de Valencia, Fernando de Rosa y, por supuesto, toda las integrantes de la Orden, elegantísimas para la ocasión.
Si el Ateneo se vistió de gala con la Orden del Querer Saber, el Casino de Agricultura celebró la comida de fin de curso del Círculo Gastronómico Femenino Trébol, con una comida libanesa en el restaurante Habibi de Valencia. Durante toda la comida hubo una persona explicando cada uno de los platos y hablando de su cultura. Además, las presentes pudieron disfrutar de un espectáculo de danza libanesa.
Como curiosidad, escucharon una bonita versión del segundo movimiento del Concierto de Aranjuez que no enaltece la ciudad madrileña, sino que está dedicada a una ciudad libanesa llamada Li Beirut, interpretada por Fairouz, que conserva la melodía del maestro Rodrigo pero que cuenta una letra muy diferente. La letra, compuesta por Yusef Harb, es un canto de amor a la capital del Líbano, pero en la que se saborea la amargura de la guerra que ha convertido la ciudad en un mar de cenizas, de fuego y de lágrimas.
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Las organizadoras del círculo, Ana Puchades y Francisca Cebrián, junto a la madrina Mayrén Beneyto, dirigieron unas palabras a las presentes en las que agradecieron su colaboración de este proyecto y trasladaron que el próximo curso vendrá repleto de sorpresas y momentos memorables para todas.
Participaron en la comida Isabel Soriano, Maribel Molins, Francisca Cebrián, Mayrén Beneyto, Rosa Reyes, Mari Carmen Martínez, Maria Veiga, Nuria Puchalt, Marisa Navarro, Purificación Mora, Juana Lopez Rubio, Amparo Palop, Maite Lillo, Carmen González, Maria Jesús Ferreiro, Lucila Talens, Ana Puchades, Pura Barber, Ana Llácer y Amparo Sanchis.
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