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Si algo tiene de bueno cumplir años es que dejas de soñar a lo grande y empiezas a disfrutar de lo pequeño. Cuando eres joven, ... planeas grandes viajes y piensas que tu vida no tendrá sentido si no pisas alguna vez el puente de Brooklyn o paseas por las avenidas de las películas de Woody Allen. Pasan los años y por A o por B no has conseguido ahorrar para hacer el viaje soñado y un buen día, cuando menos te lo esperas, asumes que tampoco pasa nada, que una inauguración de la Fundación Bancaja puede ser tan estimulante como una galería de Manhattan y que una cita benéfica en la Cambra del Mercado de Colón es tan divertida como Pastis, la cafetería que hizo famosa la serie Sexo en Nueva York.
El jueves el presidente de la Fundación Bancaja, Rafa Alcón, dejó claro, por si alguien tenía alguna duda, de su poderío como gestor cultural y de su capacidad de convocar a personajes interesantes de la vida social y artística. Después de traer a Picasso y Sorolla, esta semana inauguró una exposición de Úrculo. El pintor, que se instaló en Ibiza en los años setenta, en plena época hippy, conoció allí al artista valenciano Rafa Trenor Suárez de Lezo. Su amistad continuó hasta su muerte en 2003 y su contacto con el hijo de Úrculo, Yoann, de quien es padrino, ha facilitado que la colección venga a Valencia.
Rafa Trenor es un personaje peculiar, y no sólo por su larga melena plateada. Instalado en Mallorca también desde los setenta, fue popular en los años noventa, cuando proyectó la Esfera Armilar, un monumento que estaba destinado a representar a Valencia como la Torre Eiffel de París, pero que nunca llegó a realizarse. Ahora se expone a menor escala, solo como maqueta, en Mahón. Con su característica coleta despeluchada, el artista acompañó al hijo de Úrculo y saludó a muchos de los invitados, entre ellos el notario Carlos Pascual y su pareja, Elena Gutiérrez.
A la inauguración fueron muchos de los habituales en esas citas: el arquitecto Luis Sendra y María José Gratacós, Marta Alonso y José Vicente Navarro, Helena Cavillo, María José Marco, la galerista Sara Joudi, el artista Miquel Navarro, la presidenta de amigos del museo San Pío V, María José Navarro, Maite Fernández, los artistas Horacio Silva, Ximo Amigó y Paco Sebastián Nicolau, Laura Barrachina, Paz Olmos, JARR, Josep Lozano, Salvador Alborch y Elvira de la Fuente, la periodista Elvira Graullera, el presidente de la Academia de Gastronomía, Sergio Terol, Julia Pérez Broseta y Jorge Barrie, Javier Navarro, Nela Gómez Villalonga y Antonio Soler, la presidenta del Club de Encuentro Manuel Broseta, Amparo Matíes, y la fiscal jubilada Felisa Alcántara.
En la inauguración estuvo el artista Amadeo Peñalver, que ha vivido más treinta años en Nueva York, la capital mundial del arte. Allí se instaló en 1990, tras estudiar en Valencia, París y San Francisco. Se ha codeado con artistas de vanguardia, las galerías del Soho y ha tocado casi todos los palos, desde la pintura, a las instalaciones efímeras, performances y esculturas. En 2000 fundó la galería Fish Tank en Williamsburg, Brooklyn y en 2007 Amadeo el «Peñalver Studio» en Greenpoint, Brooklyn, donde experimentó con su obra hasta que hace un par de años volvió a Valencia. Con todo este mundillo cultural, la exposición no podía tener otro nombre más apropiado que 'Úrculo, un viajero cosmopolita'.
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