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Es curiosa la historia de la falla Jacinto Benavente-Reina Doña Germana-Salamanca. En pleno Ensanche noble de Valencia, al lado de los Hermanos Maristas, ... había aparecido a finales de los setenta una comisión encabezada por el periodista Julio Tormo, junto al que después se convertiría en conseller, Fernando Villalonga y profesionales progresistas. Era una comisión que pretendía romper con lo establecido, que sacó la presentación a la calle, con un mantenedor llamado Joan Monleón mientras se escuchaba Al Tall en los altavoces, en el que desfilaba una travesti vestida de fallera y se utilizaban trajes no oficiales. Todo con el objetivo de luchar contra las normas establecidas en la época de la Transición.
La Junta Cental Fallera puso el grito en el cielo -llegó a inhabilitar a Julio Tormo para ser fallero- pero también los vecinos, que no se sintieron identificados con aquella comisión y mostraron su rechazo a unos cambios que les vinieron impuestos. Así que un grupo de apellidos vinculados a la burguesía, vecinos de la zona, decidió dar un giro de 180 grados a la fiesta en el barrio. Era 1981 cuando se creó la nueva falla, encabezada por Miguel A. Lestón, Julio Casanova Colomer, Enrique Prat, Sony Grau Carbonell, Jose Antonio Mompó Fayos, Javier Casanova, César Moreyra, Juan E. Sebastián Vernetta, Luis María Ilzarbe, Paco Mariner, Ulises Ponce y Pepe Doménech. De hecho, el segundo escudo de la comisión es una escoba, porque simbólicamente barrieron la falla King-Kong y todo lo que suponía. Más de cuatro décadas después, la historia de los inicios de la falla no es más que una anécdota que sólo recuerdan los más mayores.
La falla Jacinto Benavente comenzó hace ya unos cuantos años a celebrar el que se ha convertido como el acto más importante dentro de la agenda de la comisión. El fin de semana anterior a los días grandes de la fiesta, las calles de la demarcación se convierten en el escenario de un espectáculo que cada año atrae a un mayor número de espectadores. Ayer decenas de personas pudieron disfrutar de los suntuosos trajes moros y de la música que acompasa los pasos y la espada del cabo. Este año, la capitanía mora ha recaído en manos de Enrique Bosch, que estuvo acompañado de su hija a caballo, Nuria, fallera mayor.
El tiempo ha dado paso a otras generaciones, y donde se mezclan apellidos como Taulet Navarro, Duato Beirats, Manzana Molins, Nebot Oliver, Bosch o Mariner Colomer, que este año está encabezada por Pablo Conejero como presidente y Nuria Bosch y Elena Gargallo como falleras mayores. Entre sus actividades, la parada mora se ha convertido en el evento más esperado por la comisión.
Recién llegado a la presidencia de la falla Jacinto Benavente, Pablo Conejero relevó en el cargo a María Belenguer, la que tuvo que lidiar con los años más duros para las fallas, los de la pandemia. Este año, Pablo Conejero tiene a su lado como fallera mayor a Nuria Bosch Gimeno, psicóloga de formación.
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