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Nuria López y Jorge Castellá se conocieron en Mutxamel cuando ella tenía catorce años en casa de un amigo común. Él se fijó en ella ... y ella en él. Entre ambos empezó una bonita amistad que el tiempo convirtió en un enamoramiento que ya dura más de tres décadas. Pero, ¿cómo una niña de Mutxamel que soñaba con comerse el mundo termina convirtiéndose en una de los nombres más influyentes del mundo de la cosmética en nuestro país?
Cuando Nuria salió del colegio estudió estética y, nada más acabar, se montó un pequeño gabinete donde atendía a amigos y conocidos. Al año entra a trabajar en El Corte Inglés de Alicante como personal shopper pero, siempre inquieta, en 2010 abre su blog de moda Like Princess by Kuka donde comparte sus outfits y recomendaciones. «Cada vez que sacaba una prenda a la hora estaba agotada en las tiendas, pensé entonces en montarme mi firma, me dejé el trabajo para centrarme en mi proyecto al que bauticé como Kuka & Chic. En 2018 empecé a hablar de belleza porque vi que la moda estaba muy saturada», explica.
En 2019 los laboratorios Chantellet se pusieron en contacto Nuria para ofrecerle sacar su propia línea de productos de cuidado facial. Ella decidió jugárselo todo para crear las mejores fórmulas y, cinco años después, se ha convertido en un referente de la cosmética en nuestro país con cincuenta y cuatro referencias de cuidado facial, corporal y maquillaje en el mercado, otros tantos productos a punto de lanzarse, una tienda física en Mutxamel y el proyecto de abrir un espacio en Madrid. En paralelo ha crecido el proyecto familiar de Nuria y Jorge que, al poco tiempo de casarse, daban la bienvenida a su hija María. Este año cumplen veinticinco años de casados y, para conmemorar una fecha tan especial, han querido celebrar unas bodas de plata de ensueño donde han reunido a su familia y amigos íntimos en un enclave privilegiado de la costa de Alicante.
«Tenía claro que quería celebrar una fecha tan especial con una fiesta íntima, rodeada de amigos y familiares a los que apreciamos, que empezara por la mañana y acabara por la noche, que fuera de menos a más y que los invitados no se aburrieran en ningún momento», explica Nuria. El reto era importante. Para ayudarle a configurar un evento de esta magnitud decidió rodearse de profesionales de prestigio como la wedding planner Cumpli2, de Alicante, o el artista floral y estilista de eventos Pedro Navarro, que tiene su sede en Marbella, desde donde viajó con varios trailers para trasladar todos los elementos decorativos con los que compuso el espacio. «Las flores las trajeron en avión desde Holanda porque los tonos de hortensia que buscábamos solo los encuentras allí. Mi ilusión era trasladar el estilo romántico de mi marca al espacio», detalla la empresaria.
A la hora de escoger el outfit lo tuvo claro. Quería un vestido Mediterráneo, acorde a su estilo y a la fiesta, tanto por el color como los tejidos. Escogió un diseñador de Santorini que elaboró un diseño que integraba bordados artesanales y una falda desmontable elaborada con flecos de algodón natural. Por la noche reapareció otro espectacular modelo, obra del mismo diseñador, que integrada un cuerpo brocado cosido a mano y una falda de tul a tono. Los complementos fueron obra de Cucadas de Ana y el peinado estuvo a cargo de Bernad Hair Salon, estilista ubicado en Santa Pola.
La propuesta gastronómica corrió a cargo de Montoro Catering, toda una institución en Alicante. El menú se dividió en tres etapas que tuvieron lugar a lo largo de la jornada. Un aperitivo a las 13:00 que combinaba bandejas pasadas con estaciones temáticas de queso, ibéricos, steak tartar o tacos mexicanos. A mediodía ofrecieron el menú de boda que se sirvió en unas mesas vestidas de seda y decoradas con unos frondosos centros florales. Tras degustar la tarta, obra de Belles Tentations, los invitados pudieron disfrutar de una emocionante actuación por parte de Davinia Jaén, la bella cantaora que interpretó con arte el repertorio escogido por los novios. Un dj amenizó la tarde hasta la puesta de sol acompañado por un saxo en directo y por unas bailarinas que danzaron sobre unos zancos.
En paralelo, el equipo de Garrido Eventos montó el set de la noche, una enorme mesa con mantel de cuadros decorada con centros de tomates y pimientos que trasladaron a los asistentes a una aldea típica italiana. En distintas estaciones se ofrecían auténticas pizzas napolitanas, pastas, parmesano, quesos del Piamonte, ensaladas, frutas y un festín de panetones. Durante la cena tres tenores, que se habían hecho pasar por camareros a su llegada, deleitaron a los invitados con algunos temas melódicos cantados a capella. Melodías románticas que el sonido de las horas del mar envolvió en un fin de fiesta inolvidable.
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