La evolución del estilo de Toni Gaspar: de sus inicios formales a las orejeras de peluche rosa

Pero ante todo, Gaspar está cada día más guapo y con una imagen más estilizada. De aquellos primeros años con la cara redondita a la planta que luce ahora, con esos pantalones pitillo y chaquetas ligeramente entalladas, hay un mundo, o muchos mundos, los que ha recorrido y que le han pulido al más puro estilo de portada de la revista GQ. Hay que decirlo, va siempre hecho un pincel. Sus trajes chaqueta azul marino tan ingleses; los jeans blancos y chinos con americanas de lana o tweed, las zapatillas veganas Veja, que son las más deseadas entre los jóvenes diseñadores. Su estilo va del deportivo al clásico y formal con un toque juvenil. Gaspar sabe cómo adaptar su imagen a cada ocasión y qué ponerse en cada momento. Lleva esmoquin de terciopelo en la gala Michelin, camiseta y americana en unos premios de diseño y trajes chaqueta de corte impecable en su agenda de actos.

Se nota que le gusta la moda, aunque no sigue excesivamente las tendencias. «Pienso que menos es más y has de vestir en función del lugar al que vas. Muchas veces la elegancia consiste en destacar por la discreción», dice. Y de hecho apenas lleva complementos, excepto algunas pulseritas hippies.

Su referente en el vestir es su madre. De pequeño se crio entre agujas y máquinas de coser porque su madre siempre cosía su ropa y la de su hermana. De ahí ha heredado un claro sentido de la estética. «No soy forofo de marcas como tampoco lo soy de personas», asegura. «Miro más la calidad que la marca y llevo un poco de todo, desde diseñadores valencianos, que tenemos muy buenos, hasta 'low-cost'».