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Pachi Viñoles y Amadeo Salvo no han escatimado en gastos para celebrar por todo lo alto un enlace que les convierte en marido y mujer, y que empezó este viernes con una exclusiva preboda llena de detalles. La cita era a las 19:30 y ... el dreescode indicaba que el color blanco debía marca el look de los asistentes. En las puertas del hotel Six Senses, el cinco estrellas gran lujo de moda situado en la bahía de Xarraca de Ibiza, esperaban varios asistentes, también vestidos de blanco, que recibían uno a uno a los invitados y los acompañaban a través de las majestuosas instalaciones hasta un mirador privado con unas vistas sobrecogedoras a una cala de superficie rocosa y aguas turquesas. Un paisaje con una presencia tan poderosa que ocupó varios minutos de conversación y se convirtió en el marco de las fotos más buscadas de la tarde. Un dj amenizaba el ambiente con temas pegadizos mezclados con estilo y varios camareros repartían entre los que llegaba copas de champagne y vino.
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Amadeo y Pachi llegaron sonrientes y relajados. Ella luciendo un vestido de Pronovias y él un traje a medida de Absolute Bespoke, la firma propiedad de Tomás Laso-Argos, famoso por vestir a los hombres más poderosos del planeta. Los primeros en recibirles fueron Paula, hija de Pachi, y los hijos de Amadeo, Diego, Luis y Marta. El resto de familiares y amigos los recibieron con un aplauso, se sucedieron los abrazos, las felicitación y los gestos de cariño.
Entre ellos se encontraban Manolo Peris y Patricia Montoro, Julio Insa y Sol Ruiz, Sarah Guazo y Chimo Serrano, Verónica López y Javier García, Ramon Bandrés y Elena Meléndez, Eduardo Barrau y Sara Gil, José Vicente Monzonis, la familia Salvo y la familia Viñoles al completo, una representación de la directiva de Power Electronics así como del UD Ibiza, equipo de fútbol del que Amadeo Salvo es presidente.
Dos cocineros empezaron a preparar carne, marisco y verduras a la brasa, mientras una mesa de quesos y embutidos y otra de ensaladas, además de una barra de cócteles, daban servicio a los invitados que se dispusieron alrededor de unas mesas decoradas con flores rosas y blancas. La velada estuvo amenizada por Sean Christopher, un joven mago de origen alemán que dejó a los invitados impresionados al averiguar sus claves personales del teléfono o palabras escritas al azar. Una saxofonista cubierta en lentejuelas interpretó algunos temas pegadizos en sintonía con el dj generando algunos de los momentos más emocionantes de la noche.
Tras la cena la pista se convirtió en punto de encuentro donde los asistentes bailaron hasta la media noche con los novios integrados entre los grupos de amigos en una noche que quedará para siempre grabada en sus recuerdos.
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