Quién es quién en la familia Colonques

Era un proceso lógico porque el pasado año la empresa cumplió su 50 aniversario, y el tiempo es implacable en este sentido. La salida de Manuel Colonques también supuso que sus hijos, Manuel y María, no continuaran en la multinacional, mientras que Héctor Colonques García-Planas, que fue durante años responsable de la empresa en Asia, se reincorporó a la sede central para tomar más protagonismo en el organigrama. También la cuarta de los seis hijos de Héctor, Ana, forma parte de la cúpula como directora financiera, y acaba de incorporarse al consejo de administración del Banco Sabadell, donde estuvo trabajando durante los primeros años de su trayectoria profesional y donde su propio padre también había sido consejero durante quince años. Mientras, su hermana Cristina está al frente del departamento de Marketing de la firma y su otro hermano José María ha sido durante los últimos años responsable del grupo Porcelanosa en la provincia de Valencia. También el hijo de Silvestre Segarra y María José Soriano, la otra pata de los socios del grupo, se ha incorporado en ese relevo que se está haciendo de una forma pausada.

También ha habido cambios en las personas que son imagen de la firma azulejera, ya que Tamará Falcó cogió el relevo de su madre, Isabel Preysler, una colaboración que comenzó precisamente por el poder de persuasión de Manuel Colonques, que hace ya unos cuantos años se plantó en su casa para convencerla de convertirse en el rostro de Porcelanosa porque estaba convencido de que las decisiones en decoración en una casa las tomaban las mujeres. De hecho, Tamara Falcó fue el personaje más esperado el día de la inauguración de la tienda en el centro de Valencia, en Jorge Juan, hace un año, mientras que el rey Felipe VI visitó la sede central de la compañía de Castellón en un evento que sirvió para celebrar el 50 aniversario de la empresa.

Justo estaba de cumpleaños cuando se dieron a conocer las cifras de facturación de Porcelanosa, unos 900 millones de euros en 2022 y un incremento de las ventas en un 10%, aunque con un menor beneficio por el aumento de costes. Unos datos muy buenos que dan a entender que la multinacional está por encima de las personas.