María Hermenegildo es de esas personas que no se puede estar quieta. La alegría y la diversión personificada. Estudiante de Medicina, este año cursa sus estudios en Génova, en el norte de Italia. Una ciudad, que pese a no estar entre sus primeras opciones de ... Erasmus, le está brindando la experiencia más bonita de su vida. «Yo quería irme a Polonia o Bélgica pero no quedaban plazas en Medicina y ahora volvería a elegir Italia con los ojos cerrados», indica María.
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Su experiencia en Italia está siendo muy positiva y enriquecedora; «soy una persona que me adapto muy rápido a todo y que me gusta vivir cosas nuevas», explica. Allí ha conocido a muchísimas personas con las que está exprimiendo esta aventura al máximo. Lo que más le ha llamado la atención del Erasmus ha sido la rapidez con la que conecta con la gente y la cantidad de vivencias a su lado, las cuales recordará siempre. «Aquí todo es muy intenso, se vive todo con mucha más entrega», asegura la estudiante.
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Esta oportunidad de vivir en el extranjero le ha enseñado que siempre hay tiempo para todo, para estudiar, para viajar y para pasárselo bien. Porque si hay algo que no perdona María es la fiesta, pero también sabe cuándo puede hacerlo. La clave está en la organización. Otro aprendizaje sería que a raíz de vivir sola «aprendes a valorar todo muchísimo más y te das cuenta de las cosas», indica.
Durante su estancia en Génova, María ha tenido la oportunidad de conocer gente de diferentes nacionalidades con las que ha intercambiado tradiciones y cultura. Como buena valenciana, ella ha sido la encargada de transmitir a todas esas personas con las que comparte esta experiencia su pasión por las Fallas, mientras que también ha conocido algunas tradiciones italianas, polacas o belgas.
Génova le ha robado el corazón a María y uno de sus puntos positivos es que es una ciudad a la que puedes ir prácticamente a todo andando, como en Valencia. «Estoy situada en una zona en la que tengo todo relativamente cerca y es un lujo», comenta María. «El 'aperitivi taliani' también entra dentro de sus planes favoritos», pronuncia María en un acento prácticamente italiano. Y es que, aunque el idioma haya sido una de las cosas que más le ha costado, ahora lo domina casi a la perfección. «Al principio en clase no entendía nada, ahora entiendo casi todo», asegura. Aunque María vive uno de los mejores años de su vida, también tiene ganas de volver a Valencia junto a su familia y amigos. Pronto lo hará, pero con una visión muy diferente de cómo es vivir lejos de su hogar, Valencia.
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