Secciones
Servicios
Destacamos
ELENA MELÉNDEZ
Lunes, 27 de mayo 2019, 03:27
A Majo Cava la pasión por los viajes le viene de lejos y le ha llevado a conocer India, Birmania, Estados Unidos, parte de África, todas las capitales europeas e Italia y Grecia en profundidad. Con idea de compartir sus vivencias por el mundo hace tres años abrió el blog 'El viaje de tu vida', en el que narra sus aventuras planetarias. Tiempo después, durante su estancia en India, decidió cambiar de rumbo y dejar un trabajo de oficina para montar su propia agencia de viajes personalizados. «No me gusta guiarme solo por las guías de viajes, sino consultar blogs de gente que vive allí, buscar sitios que no sean tan turísticos. Como ejemplo tenemos Valencia, donde la gente local va a Ruzafa pero la mayoría de turistas van al Carmen», explica.
Fue su pasión por la Navidad lo que le llevó a embarcarse, junto a su marido Andrés Bartual, en una ruta por los pequeños pueblos de Alsacia para empaparse de lleno del espíritu navideño. Tras volar a Basilea y pasar la primera jornada en Munich llegaron a Hallstatt, un enclave escondido en la inmensidad de los Alpes austríacos que hasta hace dos siglos solo era accesible a través del lago que lo rodea. Sus delicadas calles empedradas y las encantadoras casitas de colores ofrecen un bello espectáculo que Majo recomienda admirar al menos una vez en la vida.
De allí pusieron rumbo al castillo de Neuschwantsein, situado en la Baviera alemana. «Lo mandó construir en 1866 el rey Luis II de Baviera, más conocido como el 'Rey Loco'. Es el edificio más fotografiado de Alemania y dicen que Walt Disney se inspiró en él para crear su castillo». Al día siguiente llegaron a Colmar, una pequeña ciudad francesa ubicada en medio de la región de viñedos alsacianos, a la que se le ha otorgado el título de capital de vinos de la Alsacia. Colmar es conocida, además de por ser uno de los destinos más famosos de Francia para visitar los mercadillos de Navidad, por ser la tierra natal de Frederic Auguste Bartholdi, creador de la famosa Estatua de la Libertad. «Es una ciudad preciosa, llena de casitas de madera de colores que parecen sacadas de un cuento. En Navidad se convierte en un lugar mágico, todos las fachadas se visten con sus mejores galas para vivir la época más bonita del año».
Allí pasearon por el barrio de los pescadores, una zona salpicada de preciosas casitas a orillas del río Lauch hasta dar con el Mercadillo de Petite Venice, que está dedicado a los niños y tiene feria, puestos de regalos, comida, artesanía y belén. Hicieron una parada para comer en Brasserie des Taunners, un pequeño restaurante de madera donde pudieron probar las famosas flambée alsacianas, que son muy parecidas a la pizza. Tras la comida caminaron hasta la famosa plaza donde se ubica el Mercado de Koïfhus, situado en el interior del palacio medieval Koïfhus. «Pudimos encontrar las creaciones de una veintena de artesanos locales incluyendo carpinteros, vidrieros, escultores, alfareros, joyeros…». Una maravilla ver cómo se mantienen tradiciones ancestrales.
Paseando por la zona más comercial llegaron al mercado de la Place Jeanne D'Arc, que escenifica el ambiente de un pueblo alsaciano y está dedicado a productos gastronómicos locales, como foie gras, dulces navideños, vinos y licores de la Alsacia. Poco a poco fue cayendo la tarde y todas las calles comenzaron a iluminarse regalándoles la estampa más valiosa del viaje. «Si por el día es alucinante, cuando cae la noche y todas las luces se encienden Colmar es pura magia. Alsacia es un destino perfecto para todos los amantes de la Navidad. Sin duda repetiremos».
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.