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Pilar Mateo, junto a una niña en uno de sus múltiples viajes a África. LP

La inventora valenciana que ha creado la pintura insecticida recibe el apoyo de Francia

Inesfly permite luchar contra la malaria, el dengue o la leishmaniosis, y una investigación subvencionada por el Gobierno francés permitirá probar su efectividad en Tanzania

Martes, 16 de enero 2024, 01:39

Si a Pilar Mateo le piden definirse, lo tiene muy claro: ella es inventora. «Y qué poco se ha utilizado ese concepto para referirse a ... las mujeres en la historia», se queja esta investigadora valenciana. Recuerda de hecho a Madame Curie, que con dos premios Nobel no se mereció el reconocimiento de doctora... Sólo el de señora.

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Fue en 1996 cuando Pilar Mateo creó su primera patente y desde entonces ya suma ocho familias de patentes, todas vinculadas a la prevención de enfermedades en países pobres. Y se lamenta, porque unir en la misma frase prevención y país pobre no es bueno, al menos para conseguir financiación, para que se fijen en sus proyectos. «Yo vacuno casas, pero en un mundo dominado por las multinacionales se habla siempre de cura, de medicamentos».

Doctora en Químicas, Pilar Mateo es la creadora de Inesfly, una pintura insecticida que permite proteger las casas de insectos que transmiten enfermedades, como la malaria, el dengue o la leishmaniosis, y que ahora ha conseguido una subvención del Gobierno francés para probar su efectividad en una región de Tanzania. Mateo está muy satisfecha, porque lleva muchos años luchando para que las instituciones y los gobiernos -comenzando por el español- reconozcan esta tecnología que evita la muerte de millones de personas en los países menos desarrollados. «Me gustaría que el Gobierno valenciano y el español se dieran cuenta de que su apoyo permitiría que España se pusiera a la cabeza a nivel internacional en la prevención de enfermedades como el dengue o la leishmaniosis».

Pilar Mateo ha sido muy perseverante. «Una idea sin conocimiento no sirve de nada, sin riesgo tampoco. Y hay que tener paciencia». La misma que le enseñaron cuando vivió con los indígenas guaraníes en el Chaco boliviano, donde conoció la realidad de los más pobres. Un lugar donde no llega la investigación, donde no llega el dinero. Cree además que es mucho peor siendo mujer, porque no le hicieron caso, no la tomaron en serio. «He luchado sin medios», dice esta científica, que cree que ha sido fundamental el apoyo de su familia, que se puso a su lado y la ha sostenido todos estos años.

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La tecnología que ha desarrollado Pilar Mateo permite mantener al mosquito que transmite la malaria lejos de las casas, sobre todo porque es un ejemplar que pica por la noche. Cree que en esta lucha contra la enfermedad es necesario, por una parte, el control del mosquito, acompañado de la parte clínica, con vacunas que funcionen, y por último, la educación en higiene y salud. «En España se erradicó la malaria en 1964 porque éramos un país pobre, pero limpio».

Mateo pone como ejemplo cómo durante la pandemia la prevención ha sido una de las armas más importantes en la lucha contra el Covid, y se llena de argumentos en un discurso que ya se sabe de memoria, de tanto repetirlo. Con la ilusión de que, por fin, un país haya decidido apostar por ella y por tecnología valenciana.

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El siguiente paso será la Organización Mundial de la Salud. «Con su apoyo conseguiríamos vacunar las casas de las zonas más pobres del planeta, donde mueren millones de niños por enfermedades transmitidas por mosquitos. Con una brocha en la mano se puede cambiar la realidad de todos estos países, y de sus habitantes», asegura, mientras sigue investigando...

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