Valencia es la ciudad ideal para muchas cosas, y una de ellas es celebrar el día de tu boda. Una vez más el clima mediterráneo se vuelve el protagonista de todas las citas que tienen lugar en la ciudad, convirtiéndola en el mejor escenario, elegido ... por locales y forasteros, para disfrutar de un día tan importante como el de tu enlace. Un día en el que hay una larga lista de decisiones por tomar, pero sin duda una de las más importantes es elegir el espacio donde sucederá el gran banquete y la posterior fiesta. La tendencia va encaminada hacia lugares amplios y al aire libre, rodeados de naturaleza. Los alrededores de Valencia cuentan con algunas de las fincas más exclusivas de toda España. Edificios de tradición valenciana, rehabilitados y engalanados para estas grandes ocasiones.
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No se puede hablar de bodas en Valencia sin hablar La Cartuja de Ara Christi. Un antiguo monasterio rehabilitado, gestionado en exclusividad por la empresa familiar Gourmet Catering & Eventos. Un espacio espectacular y lleno de historia, con un inconfundible claustro interior en el que se han celebrado algunas de las bodas más exclusivas de la ciudad, como la de la concejala y fallera mayor de Valencia de 2018, Rocío Gil, y su marido Enrique Pardo, la de Varis Guillén y la médica Nuria Pellicer, hija del ginecólogo y fundador del IVI, o la de la influencer Teresa Andrés Gonzalvo y su marido Ignacio Ayllón. La Cartuja de Ara Christi es el lugar perfecto para acoger una boda de carácter clásico. Los novios que buscan un día a lo grande sin escatimos eligen este sitio, que tiene agenda ya prácticamente llena para el año 2025. Tiene capacidad de acoger hasta a tres mil personas en su jardín exterior y se dice que las fiestas en el salón de los espejos son de las incomparables.
El auge de las bodas bohemias y desenfadadas ha desencadenado cambios en el sitting del banquete, llegando incluso a desaparecer en algunas de estas citas. Las mesas redondas tradicionales son sustituidas por mesas largas estilo banquete, con un estilo más informal y personalizado, buscando siempre la interacción y diversión entre los invitados. Hay parejas que optan por un gran aperitivo con distintos puestos gastronómicos distribuidos por todo el espacio y con la opción de sentarse en una mesa al centro libremente, para que cada uno lo haga con quien quiera y sin obligaciones familiares.
Mas Les Lloses, de Cocotte Catering, es otro de los espacios más demandados en los últimos años. Con un lugar privilegiado a los pies de la Calderona, lo que concede unas vistas espectaculares, rodeado de montañas y naranjos. Una finca que ha mantenido la esencia de casa de campo, pues su salón es un antiguo almacén de naranjas, y en su placita tienen lugar las fiestas que recuerdan a una eterna noche de verano. Cocotte Catering es especialista en crear rincones mágicos en sus espacios, los 'puestecitos' tan de moda que buscan todas las novias. Uno para el vermut, otro para el queso, otro para los cócteles… También su masía Mas de Alcedo es de las más deseadas para un boda en invierno, con zonas interiores llenas de estilo y personalidad.
Siguiendo la línea de una boda romántica, en un espacio bucólico y con un toque bohemio, está Masía del Carmen, también de Gourmet Catering & Eventos. «Es un espacio con una personalidad especial y diferente, para una boda poco convencional, pero con todo lujo de detalles. El carácter familiar de la finca invita a un largo aperitivo, que ahora es última tendencia. Las bodas que celebramos aquí recuerdan a interminables veranos de infancia», comentan fuentes de la empresa.
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Y un clásico ineludible en Valencia es Masía Aldamar, de Grupo el Alto. Un edificio del S XVII, que en el año 1870 fue convertido en una bodega, que se conserva todavía hasta día de hoy. Una finca tradicional valenciana con mucha historia, que ha vivido enlaces tan exclusivos como el reciente entre Noel Belloch y Eva Alapont.
No se puede olvidar tampoco Vallesa de Mandor, una casa de campo aristócrata ubicada en Ribarroja; Masía Xamandreu una finca espectacular en Godella, que anteriormente era una campo de naranjos; o la Masía de Campo Aníbal.
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El objetivo es que los invitados puedan disfrutar de un día muy especial, con una boda personalizada, muchas veces temática alrededor de un interés o una afición de los novios, con escenarios muy instagrameables donde prima la estética ochentera, los espectáculos de luz con drones, los fuegos artificiales fríos o la música en directo o los food trucks de comida rápida, como hamburguesas o pizzas. La tendencia de este año es quitarle rigidez a la celebración para que lo que prime sea pasarlo bien, y de hecho hay bodas donde los novios regalan unas zapatillas a los invitados para que puedan disfrutar sin preocuparse del dolor de pies. Eso sí, siempre con el móvil preparado para inmortalizar experiencias únicas.
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