ELENA MELÉNDEZ
Miércoles, 21 de agosto 2019, 01:25
Luna llegó a la vida de Luciana Brito y de su hija María Marta hace ahora cuatro años. Luciana pasaba en ese momento una etapa de transición y pensó que para María Marta iba a ser saludable criarse junto a un perro. «Mi hija no tiene familia aquí, solo a mí. De pequeña lloraba mucho porque quería atención, pero desde que llegó Luna todo cambió, se dedican mucho tiempo la una a la otra y están muy unidas. Creo que crecer junto a un animal es muy bueno para los niños», explica Luciana.
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Su decisión fue ir a la perrera para realizar una adopción. La casualidad fue que, cuando estaban allí, llegó una señora que iba a dejar a su perra en ese momento al no poder seguir cuidándolo debido a una enfermedad. Fue entonces cuando se produjo el encuentro. «En el momento en que la perrita nos vio vino corriendo hacia nosotras. La dueña me dijo que se llamaba Luna y yo enseguida noté que conectamos, María Marta tenía entonces cinco años. La adaptación fue inmediata, el primer día ya parecía que hubiera vivido siempre en nuestra casa».
Luciana llegó de su Brasil natal hace once años para hacer un doctorado en Historia del Arte en la Universidad Politécnica y ya nunca se fue. En la actualidad es presidenta de la Fundación Brito, una entidad que promueve conexiones entre Europa y Latinoamérica en materia de arte, educación y cultura. «El próximo 19 de junio organizamos el evento 'Ella' en el Ateneo Mercantil. Es un homenaje a las mujeres líderes que vamos a repetir en varios países con fotografías de 32 mujeres líderes hechas por Víctor Cucart».
Nombre: Luna.
Edad: Cinco años.
Raza: Westy Terrier.
Origen: Adoptada en un criadero de Burjassot.
Instagram: @luna_la_perrita_mas_kawaii
Su vena filantrópica y la sensación que tuvo en la perrera donde adoptó a Luna la ha animado a iniciar un proyecto de ayuda a los perros para promover la adopción, pues muchos de los animales que están en las perreras van a morir al ser rechazados por ser grandes o viejos. «Es muy triste verlos en las perreras, la gente solo escoge los perros bonitos. Si mi hija no hubiera conectado con Luna desde el momento en el que se vieron yo hubiera adoptado un perro más grande y mayor».
Luna es una perra muy casera a la que le gusta dormir mucho por el día. Cada mañana, cuando Luciana vuelve de dejar a su hija en el colegio, dan un pequeño paseo. Al salir María Marta de sus clases la sacan juntas en una larga caminata que les lleva hasta un gran parque donde la pequeña westy terrier disfruta jugando con otros perros. «Cuando quiere salir se pone junto a un gran ventanal que hay en la casa y observa la calle. Le gusta el campo, a veces vamos a una finca en Vilamarxant donde disfruta muchísimo. La playa le gusta pero luego le pica la piel porque la tiene muy delicada».
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Es tanto el protagonismo que Luna tiene en sus vidas que María Marta le ha abierto a la perrita una cuenta de Instagram propia, de nombre @luna_la_perrita_mas_kawaii. «Por la noche nos tumbamos para ver la tele y ella se sienta con nosotras, le encanta ver Juego de Tronos. Cuando hay publicidad aprovecha para ir a beber agua y vuelve. Me tiene loca de amor, para mí es una suerte que María Marta esté creciendo a su lado».
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