elena meléndez
Domingo, 13 de octubre 2019, 18:38
Soraya Pla siempre ha tenido gatos. De pequeña convivió con varios de ellos en casa de sus padres y cuando se independizó tuvo su propio gato, un compañero de vida con el que convivió durante años y que murió unas Navidades hace cuatro años. Tan mal lo pasó por la pérdida que pensó en no volver a tener otro. Pero las semanas transcurrieron y ella no podía quitarse de la cabeza los gatos, así que se metió en un grupo telefónico de amantes de estos animales del que también formaban parte varios criadores. «Un día contactó conmigo Elvira, una criadora de Bosques de Noruega que vive en Vitoria. Me descubrió una raza que yo no había oído en mi vida, procede de las regiones escandinavas. Es una de las razas más grandes del mundo, pesan hasta diez kilos, tienen dos capas de pelo y soportan el frío y el agua», explica Soraya Pla, diseñadora de moda y producto, fundadora y directora creativa de LULU. La criadora le dijo a Soraya que tenía el gato perfecto para ella, empezó a enviarle vídeos pero Soraya solo veía un felino negro. Elvira entonces le explicaba lo especial que era y un día Soraya decidió quedárselo. «Me llegó desde Vitoria, no dormí en toda la noche porque salieron por la tarde pero había mucha tormenta y llegaron a las seis de la mañana. Los primeros momentos estuvo maullando y a las pocas horas ya estaba encima de mí», recuerda.
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Decidió bautizarlo como Lord Byron. En esa época la diseñadora leía mucha poesía del romanticismo y le pareció que los rasgos de aquel gato de porte distinguido le recordaban de alguna manera a los del poeta inglés.
Nombre: Lord Byron.
Edad: Tres años.
Raza: Bosque de Noruega, origen mitológico.
Origen: Comprado en un criadero de Vitoria.
Gustos: Disfruta los cepillados matutinos, las caricias de su dueña y comer galletas.
Soraya describe a Lord Byron como un gato sociable y cariñoso que sale a saludar cuando alguien llega a casa. Una de las cosas que más le gustan es que lo cepillen y por nada del mundo se pierde la sesión de caricias matutinas que Soraya le regala nada más despertarse. Entre ambos existe una afinidad especial motivada, quizá, porque tienen un carácter parecido. «Ambos somos muy independientes y nos gusta tener nuestro espacio. Mi otro gato se metía entre las sábanas y me despertaba temprano. Lord Byron duerme a los pies de mi cama y no se acerca hasta que suena el despertador».
Para Soraya, el gato es una mascota que se adapta a su estilo de vida, pues ella no puede dedicar demasiadas atenciones a un animal ya que no dispone de mucho tiempo libre y un perro, por ejemplo, requiere de mucho trabajo. En cambio para ella los gatos son muy independientes y no necesitan de tanto compromiso. Una relación basada en el respeto que Soraya resume en un frase que un día leyó y le hizo reflexionar: «Un gato te enseña a amar sin poseer, a acompañar sin invadir y a vivir sin depender».
«Creo que de verdad te enseñan esas cosas, tienes que quererlo como él quiere que le quieras, respetar su independencia y cuidarlo sin imponerte. Es muy tranquilo, me desestresa muchísimo, su vida va a otro ritmo». Le gustaría que más personas conocieran la raza Bosque de Noruega, pues piensa que se trata de un animal con unas cualidades muy especiales desconocido en muchos países. «Le llaman de manera informal el gato-perro porque es tan leal, buen compañero y cariñoso como un perro sin perder los rasgos esenciales de los felinos».
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