

Secciones
Servicios
Destacamos
Mayte García puede contar con los dedos de una mano las veces que ha llorado desde que murió en 2018 su hijo Santi. Quizás porque, ... como dice Laura García, fundadora de la oenegé 'El Sueño de Vicky' y una de las personas que más le ha apoyado en este tiempo, cuando un hijo muere «el corazón se hace más blando y la piel más dura». Y Mayte García reconoce que ni ella ni su ex marido, Santi Cañizares, son los mismos después de vivir una experiencia tan traumática. Tres años después de que Santi falleciera por un tumor cerebral cuando solo tenía cinco años de vida ya no están juntos, y Mayte reflexiona sobre todo lo que ha ocurrido desde entonces. Todavía le cuesta hablar en femenino de sus tres hijas, porque Santi sigue presente: «Él es mi guía, quien me enseña que tengo que seguir luchando».
-Se ha involucrado muchísimo en la lucha contra el cáncer infantil.
-Siento que es una obligación que el cáncer infantil siga teniendo voz, que la gente deje el tabú de no hablar de él porque en realidad le puede pasar a cualquiera, no entiende de familias ni de clases sociales. No lo nombramos por miedo, pero es importante que la gente sepa que a pesar de todo lo que se ha investigado aún mueren muchos niños al año.
Noticia Relacionada
-Por fin pueden volver a organizar eventos...
-Es que ahora parece que solo ha habido Covid, pero hoy hablaba con la jefa de oncología de La Fe de Valencia y las plantas estaban llenas. Y cada vez van niños más pequeños; he visto hasta bebés de dos y tres meses con cáncer. Pero ya estoy pensando en los niños que gracias a la investigación van a tener más posibilidades de salvarse. Que ya hay dos niñas con lo mismo que mi hijo que dos meses después de morir Santi entraron en un ensayo clínico y están bien.
-¿No le da rabia que ese ensayo no llegara antes?
-Lo he pensado, qué tarde ha llegado, pero por otro lado le doy la vuelta y sé que lo que estamos haciendo sirve de algo. Nosotros no elegimos la muerte de nuestros hijos, pero sí podemos vivir en su honor.
-¿Pero entiende que haya personas que después de un suceso así no quieran saber nada del cáncer?
-Entiendo que cada uno vive el dolor de una forma distinta. No todo el mundo está preparado. Hay que poner mucha voluntad para querer salir adelante pero, además, cada situación es diferente; tengo tres hijas más y quiero ser un ejemplo para ellas, que no me vean flaquear ni un día.
Sí, Mayte García es rubia, viste con mucho estilo y podría pasar por una de tantas mujeres de futbolistas que llevan la etiqueta de 'cazafortunas'. Nada más alejado de la realidad. Con una carrera profesional consolidada como 'broker', está ahora metida de lleno en la creación de una nueva comercializadora de energías renovables y es una mente muy lúcida con mil proyectos empresariales. «Necesito tener la mente ocupada en otras cosas», dice Mayte, que se considera valenciana «de pura cepa, orgullosa de comprobar que los valencianos podremos tener mil defectos, pero solidarios somos un rato». Y aquí sigue, en Valencia, donde le encanta que el camarero «se me acerque cantando cada mañana».
-¿Cómo se vive una pandemia después de haber sufrido la muerte de un hijo?
-Se vive con más calma, porque yo venía de haber estado dieciséis meses metida en un hospital, que peor confinamiento que ese no hay ninguno. Porque si algo se aprende en una planta tan fea como la de oncología pediátrica es la tristeza, que la vida se acaba, que es muy corta, donde se sufre mucho porque se aprende lo que es la muerte. Desde que murió me he llevado varias veces a mis hijas al hospital, en Navidades les dan regalitos a los nenes que están en esa misma planta para que lo que hemos vivido no quede en el olvido. Quiero dejar atrás la pena y la desgracia pero no todo lo que nos ha enseñado Santi, que ha sido todo un aprendizaje.
-¿Dejó de tener miedo?
-El miedo al día a día lo he perdido. Mi objetivo ahora es proteger a mis hijos, pero al final ellos aprenden una lección importante; están hechos de otra pasta.
-¿En qué sentido?
-Han crecido con otro espíritu; estoy convencida de que hay gente que se va de este mundo sin entender nada de la vida y mis hijos ya saben que mañana pueden no estar, ellas o yo, y estoy convencida de que lo disfrutan todo mucho más.
-¿Lo ve así?
-Lo siento así. Desde que se fue Santi, discuten y a los dos minutos recapacitan; saben que si hubiera sido una de las tres en vez de él no podrían discutir.
-Y usted, ¿qué les enseña a sus hijas después de lo que han vivido?
-Que, en realidad, siempre va a haber problemas. Ayer tenían exámenes y estaban muy agobiadas, y yo les decía que esto es la vida, que los momentos de felicidad hay que aprovecharlos, que todo es aprendizaje y todos los días hay que luchar por todo, que no nos podemos acobardar. Y al final siempre acabamos hablando de Santi, de cómo se aferró a la vida, de que no se cansó de luchar hasta el último suspiro.
-¿Llega a encontrarle una explicación a su muerte?
-Con el paso del tiempo comienzas a entender y a canalizar su paso por aquí. Porque yo creo que las cosas no pasan en vano, y para mí Santi ha sido un ángel, un suspiro, un niño que durante cinco años vino a aportarme luz y una lección de vida. Yo me quedo con lo estelar y lo sabio que era.
-Laura cuenta que llegó a tomarse ocho pastillas diarias, que el camino no es fácil. ¿Cómo ha sido en su caso?
-Muy difícil, desde luego, pero yo tengo una gran capacidad de resiliencia que me viene desde la infancia; me adapto a todas las situaciones enseguida. Para mí fue distinto a Laura. Cuando murió Santi sentí una paz tremenda. Yo me había quedado embarazada de trillizos sin buscarlo, se me podían haber muerto en cualquier momento, estuvieron cuarenta días en la UCI y después hubieran podido tener mil problemas de salud. A cambio, durante tres años estuvieron perfectamente sanos. El tumor de Santi tenía su origen en el momento en que era un embrión y acepté todo como tenía que venir.
-La aceptación. Quizás es el momento en que uno puede seguir su vida.
-Y he querido vivir en su honor desde el minuto uno con la misma alegría y fortaleza que él, porque para mí estar un día triste es como fallarle, como defraudarle. No me lo permito. Puedo contar con los días de la mano los que he llorado, porque yo pienso en Santi y me aparece una sonrisa; él es mi guía. Y voy a disfrutar todo lo que tenga que disfrutar mientras esté aquí sin tener miedo a nada porque el día que me muera sé que me voy a reencontrar con él.
-Pero cuando en una casa entra el cáncer se lo lleva todo por delante y luego hay que recomponerlo. ¿Ha tenido que ver todo lo que han vivido con el divorcio, aunque haya pasado tiempo?
-Cuando falleció Santi pensé que había tenido el mejor compañero de vida para poder sobrellevar su enfermedad. Y entonces la respuesta hubiera sido que no. Pero sí que es cierto que a medida que pasa el tiempo cada uno hemos evolucionado de una forma distinta. Los dos pensamos en que tenemos que ser felices pero él encuentra la paz haciendo unas cosas y yo otras. A él le gusta más la naturaleza, en el campo es feliz, y yo estoy en un momento profesional de expansión, me gusta viajar… Nuestro matrimonio no se ha terminado por disputas o peleas, podríamos haber seguido juntos, lo quiero un montón y nos llevamos muy bien, pero sentimos que yo no le podía cortar su felicidad ni él a mí la mía.
-¿Podría haber oportunidades en el futuro?
-Quizás nos volvamos a reencontrar con los años pero el respeto y el cariño que nos tenemos, nuestras hijas, es más importante, además de llevar como bandera todo lo que nos ha ocurrido juntos.
-¿Lo vive así?
-Sí, porque es tan bestia lo que hemos vivido que nos tendrá unidos por siempre. Que un día puedes tener una disputa porque pensamos diferente sobre algo, pero enseguida reflexionamos, porque después de lo que hemos vivido, son tonterías. Hacemos mil planes juntos y queremos seguir siendo ejemplo para nuestras hijas, y lo único que nos pidieron fue que viviéramos cerca y que nos lleváramos bien.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Santander, capital de tejedoras
El Diario Montañés
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.