Ana Milán, la actriz que se ha reinventado

Reclamaba ya hace unos años la actriz papeles específicos para mujeres de mediana edad. Ella, que nació en el 73, que ya está más cerca de los cincuenta, ha tenido que buscarse su propio lugar. Que fue durante la pandemia cuando resurgió, metida en casa, con los directos en los que no interpretaba ningún papel más que a sí misma. Y Atresmedia no la dejó escapar. Creó para ella una serie, 'ByAnaMilán', donde lo único que tenía que hacer era seguir interpretándose a sí misma. Su personalidad le dio trabajo.

Ya venía de haber triunfado en televisión, en el cine, en el teatro. Incluso en las pasarelas, donde llegó a desfilar para Devota&Lomba y Manuel Piña, mientras estudiaba Periodismo en Madrid, aunque rápidamente se dio cuenta de que lo suyo era la actuación y aparcó lo de ser modelo. Interpretó a personajes secundarios en varias películas, pero fue con su personaje de Victoria en 'Camera Café' cuando le llegó la fama. Ese fuerte carácter del personaje conectó muy bien con los telespectadores, que no se perdieron una serie que duró más de cuatro años, y que le permitió que le ofrecieran otros papeles, por ejemplo en la serie 'Yo soy Bea'.

De hecho, coincidieron en el tiempo, y aquellos años fueron muy prolíficos para la actriz alicantina. «Yo creo que una de las cosas que más me definen es el entusiasmo en lo que hago. No concibo la vida de otra manera, a todo le pongo mucha ilusión, pero no tiene mucho mérito porque soy así de ADN», decía en aquella entrevista en LAS PROVINCIAS durante la pandemia. Y algunos papeles más le han llegado desde entonces, como el de volver a interpretar a Victoria de la Vega en la película 'Camera Café', o su papel en 'Descarrilados', 'Donde caben dos' y 'Todos arderán'. La realidad es que ella misma se puso en el mapa de nuevo.

En Valencia la vimos hace un año presentando la gala de la Guía Michelin, que entrega cada año las estrellas a los mejores cocineros de España y Portugal. Encantada de volver a su Mediterráneo, donde ha regresado muchas veces sobre las tablas del escenario. Por ejemplo, con Fernando Guillén Cuervo, al que conoció en el teatro con la obra 'Wilt' y con el que se casó, en una relación que se convirtió inmediatamente en carne de paparazzi. No lo pasó bien tras la ruptura, llegó a confesar que tenía en la puerta de su casa ocho fotógrafos, y se la vio en alguna foto más delgada y algo demacrada, lo que provocó más titulares.

Tras aquella relación tan mediática ha intentado mantener a salvo su intimidad, aunque no rehúye las preguntas. Su primer amor conocido fue el actor y presentador Paco Morales, con quien tuvo un hijo, Marcos, que ha cumplido 21 años. Después llegaron otras relaciones, como la que mantuvo con el realizador Jorge Juan Pérez, el exbaloncestista del Real Madrid Juan Antonio Corbalán o el periodista cántabro Peio H. Riaño. Hace poco se hizo viral por unas declaraciones en las que le preguntaban si estaba soltera. Ella contestó: «estoy soltera, pero no estoy sola». Siempre ha defendido que no por haber tenido varias parejas ha fracasado en el amor, sino que de cada relación se ha llevado algo.

Y si le preguntan qué le gustaría transmitir a su hijo, Ana Milán contesta que la bondad, que es «la vibración más alta que existe en el ser humano». Cree precisamente que a pesar de su fuerte personalidad, nunca da juicios sobre otras personas, sobre todo si son mujeres. «Nos tenemos que apoyar entre todas». A la actriz, que ha escrito además tres libros, que ha doblado películas de animación, que se ha puesto tras las cámaras y también tras los micros, le hacía gracia un comentario que le hacían en las redes: 'un ser de luz'. «Me lo dicen mucho, no sé por qué será, pero me encanta que me vean así».