Una misión: salvar el comercio y la Navidad

«El sector textil ha tenido alrededor de un 70% de pérdidas», comenta Isabel Cosme, presidenta del Gremio Comerciantes Textil y Moda de la Comunidad Valenciana. «La Navidad es el momento para devolver la ilusión a las familias. Es una campaña de consumo, pero este año debe ser consumo solidario, para que nadie pierda sus puestos de trabajo y además podamos contratar a gente que se ha quedado sin empleos», añade Isabel Cosme.

La celebración de la maratón el domingo pasado fue un soplo de aire fresco para la ciudad, que además de atraer a miles de personas hasta las calles del centro de Valencia, lanzó un mensaje de positivismo y esperanza en cuanto a la recuperación. Un punto de inflexión que puso de nuevo a funcionar a tiendas, hoteles, bares y restaurantes, y que si bien no alcanzara el impacto económico de la edición anterior (más de 32 millones de euros, según el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas) ha sido el empujón que la ciudad necesitaba.

El jueves tenía lugar el encendido de luces del Mercado de Colón, aunque sin ceremonia, brindis, o festival de villancicos. El edificio modernista del Ensanche daba la bienvenida a las fiestas, esta vez en petit comité, juntó a todos sus comerciantes. El diseñador de interiores Mateo Climent ha sido un año más el encargado de la decoración, que junto con los belenistas han supuesto la puesta a punto para la temporada navideña. La Asociación de Comercios del Centro Histórico de Valencia se reunía también el jueves para el encendido del árbol de la plaza del Ayuntamiento. El viernes la diseñadora de joyas Salomé Corell estrenó también la decoración navideña de su tienda de la calle Colón, invitando a algunas amigas a un exclusivo evento, en el que pudieron conocer un nuevo dispositivo que trabaja en anti envejecimiento celular.

Y a pesar de que no había un gran expectativa comercial puesta en esta puente de diciembre, la policía tuvo que cortar el tráfico de varias calles del centro debido a la afluencia peatonal. La plaza de San Agustín, Marqués de Sotelo hacia la plaza del Ayuntamiento y la calle San Vicente desde el cruce con Reina hasta María Cristina fueron cerradas al tráfico por la cantidad de gente que se ha acercado al centro a última hora del día a empezar sus compras navideñas. Algo inusual para estas fechas, pero más que entendible teniendo en cuenta que dos de los centros comerciales más grandes de la provincia, Bonaire y MN4, continuan todavía cerrados y restaurándose tras la DANA. La afluencia de gente de los pueblos de alrededor se dirige ahora hacia el centro de Valencia. «Después de semanas sin parar de limpiar, apetece arreglarse e ir al centro de Valelncia a dar una vuelta y recargar energía», comparte Susana García, ciudadana de Aldaia. No es la única que se da la licencia para olvidarse del barro durante unas horas.

Hay que empezar a escribir ya las cartas a sus majestades los Reyes Magos y por eso la semana que viene la agenda festiva continúa. El jueves día 12, Marfil 1978 celebra su famosa copa navideña en su tienda en la calle Cirilo Amorós. Un evento que este año rinde homenaje a las tradiciones ancestrales de Japón y al concepto japonés de ikigai: la búsqueda de propósito y el gusto por la belleza en cada detalle, un concepto que acompaña al momento que estamos viviendo. El mismo día, el grupo hotelero Stayingvalencia recibirá en su hotel Oliveira Rooms a amigos de la firma para un taller navideño de elaboración de coronas junto al Taller de Clo.

Encuentros que tratan de reavivar el espíritu navideño, y de recomponer el trabajo de todo un curso, para poder cerrar el año de la mejor manera posible.