Ver 5 fotos
Ver 5 fotos
Los eventos son la guinda de la vida social, el reflejo más inmediato de que hay alegría, dinero y ganas de gastarlo o bien hay ... tristeza y pocas ganas de consumir. En épocas de bonanza, las fiestas son excesivas, lujosas y derrochonas. Es lo que sucedió a finales de 2000, con la Copa América y la Fórmula 1. Más de uno recuerda con nostalgia, como si fuera un sueño, las invitaciones de Prada en el Mercado Central o la de Louis Vuitton en el edificio de la antigua Tabacalera, fiestas con más de mil invitados, actores de Hollywood, magnates internacionales y hasta miembros de la realeza.
Publicidad
Noticia relacionada
Luego llegó la crisis y se acabaron las fiestas y con ellas las ventas de ropa y bolsos de lujo. La moda tampoco fue capaz de tomar el testigo como dinamizador de la vida social. La Valencia Fashion Week lo intento durante unos años, pero no logró atraer a grandes diseñadores, actrices y faranduleo como si hacen otras pasarelas. Así las cosas, apareció un nuevo actor en la agenda de eventos: la gastronomía. Los chefs tomaron el protagonismo de los diseñadores y su capacidad de convocatoria fue creciendo.
El punto de inflexión fue la fiesta que organizó Cuchita Lluch en 2014 en la Ciudad de las Artes como presidenta de la Academia de la Gastronomía. En esta última década, la gastronomía ha compartido con el mundo de la cultura y las organizaciones solidarias el protagonismo en los eventos. Las galas de asociaciones benéficas como Casa Caridad, los clubes rotarios, la Fundación Pequeño Deseo o Fuvane fueron las citas más multitudinarias, mientras que desde la Fundación Bancaja, su presidente Rafa Alcón ha conseguido que cada inauguración de una de sus exposiciones sea un motivo no sólo para conocer la obra, sino para estrenar una nueva pieza del armario.
Aún así, los eventos han sido progresivamente cada vez más reducidos y con menor presupuesto. Una tendencia que no es necesariamente negativa. La experta María Cosín es partidaria de ese formato porque proporciona exclusividad. «No siempre se puede hacer, pero permite crear experiencias especiales. Yo selecciono siempre mucho a los invitados a un evento porque lo que marca la diferencia es la calidad de la convocatoria», explica. «Las inauguraciones son ahora menores porque evolucionan al ritmo de la sociedad, a lo que demanda». Ese formato más minoritario es el que ha prevalecido durante estos últimos años, salvo excepciones, como el concierto que celebró Estrella Morente en el Hotel Las Arenas el año pasado o la multitudinaria cena benéfica 'Desde Valencia para Valencia', una iniciativa de Ricard Camarena, Begoña Rodrigo y Quique Dacosta para ayudar a las víctimas de la dana.
Publicidad
¿Qué sucederá a partir de ahora? La opinión de los principales organizadores de eventos es que faltan eventos de calidad. «Evolucionan al ritmo de la sociedad -explica Ángela Valero de Palma- y en Valencia cada vez se celebran menos inauguraciones». Lógicamente, la dana tampoco ha ayudado a reanimar el calendario social. «Este año muchos eventos serán solidarios -añade Valero de Palma- y según evolucione todo seguramente el año que viene también». Esta experta cree que además las convocatorias serán más reducidas y dirigidas a un público concreto, según los intereses del organizador. «Se mantendrán -eso sí- los premios anuales, los aniversarios, la agenda habitual que funciona, como el calendario de exposiciones o las inauguraciones de locales de ocio o restauración», explica Ángela.
Otros expertos, como Alfonso Gómez Sempere, tienen un punto de vista más optimista. «Creo que Valencia vuelve a estar de moda. Tras unos años en los que parecía que habíamos perdido algo de impulso, la ciudad ha vuelto a brillar como un referente cultural y social, con una agenda vibrante que atrae tanto a locales como a visitantes».
Publicidad
¿Y qué pasará dentro de unos años? «Ahora mismo ya han cambiado», dice Blanca Handrich. «Ya no se trata de invitar a personas y ofrecerles una bebida y un cóctel, hay que proponer experiencias, algo que llame su atención, como un taller de personalización de ropa o joyas o elaboración de productos artesanales». Según Handrich, el lugar donde se celebran también es importante. «Está de moda romantizar lugares inesperados para celebrar eventos, como presentar joyas en una antigua carnicería o invitar a conocer las novedades de un diseñador de moda en una sala de cine con palomitas».
Si se trata de adivinar como será el futuro mucho más allá de la próxima década, la galerista Sara Joudi apunta algunas tendencias en la organización de eventos. «Habrá cambios importantes, eventos de empresas de tecnología inmersiva, que combinarán la experiencia física y virtual aprovechando herramientas como la realidad aumentada, la inteligencia artificial, realidad virtual y el metaverso y se utilizarán holograma 3D, creando experiencias únicas». Vamos, que hasta será posible tener a George Clooney como invitado a una fiesta en forma de holograma e incluso interactuar con él.
Suscríbete a Las Provincias: 3 meses por 1€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Rescatados ilesos dos montañeros tras pasar la noche a la intemperie en Gredos
El Norte de Castilla
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.