Qué monísimo es el nuevo Club del Gourmet que acaba de abrir El Corte Inglés en el edificio de Colón. ¡Si parece que estás en ... el mismísimo Harrods! Hasta tienen las famosas galletas de jengibre de Fortnum & Mason, esas que compraste la primera vez que fuiste a Londres y que casi te caducan porque te daba pena abrir la caja. La globalización tiene estas cosas, antes traías unas galletas inglesas de souvenir y ahora las tienes al lado de casa. En el Club del Gourmet hay dulces y un montón de delicatessen, mermeladas, vinos, quesos, chocolates, producto con denominación de origen y hasta un espacio del aclamado panadero Jesús Machi, distinguido en Italia por sus panettones. Vamos, que si sales con las manos vacías es un milagro.
Publicidad
Pero lo mejor es la espectacular barra cuadrada de la zona de restauración, que tiene cuatro o cinco mesas. La barra es amplia para poder tomarte un aperitivo como un señor -o como una señora- y tiene una iluminación cálida y una decoración cosmopolita, como esos hoteles neoyorkinos que salían en la serie Sexo en Nueva York y con los que todas soñábamos algún día ir con las amigas. En la barra te atienden camareros bien uniformados, el servicio es clásico y muy profesional, y te puedes tomar así como quien no quiere la cosa una copa de champán con unas ostras Guillardeau, anchoas del Cantábrico o jamón de Bellota, un caprichito para rematar con glamur una tarde de compras navideñas.
El club abrió el viernes, y aunque no se comunicó ni hubo evento de inauguración, ya estaba lleno. Entre los primeros que lo probaron, el estilista Álex Jordán y su pareja Max Rese, además de Elena Ravello con su marido Carlos Pascual. Apuesto a que será punto de encuentro de mucha gente durante estos días de Navidad.
El espacio ocupa buena parte de la planta baja de El Corte Inglés de Colón, que está siendo totalmente remodelada, como los supermercados (el de Pintor Sorolla luce espectacular, sobre todo la zona de vinos). El Club del Gourmet tiene varios espacios separados por el pasillo de acceso a los ascensores: una sala de venta de productos gurmet, más completo que el de Pintor Sorolla, y que es lo primero que te encuentras al entrar, y luego una zona de restauración con la barra cuadrada.
Publicidad
Otras ciudades españolas, como Madrid, ya tenían estos espacios gastronómicos en sus Corte Inglés y son un éxito; están siempre llenas porque puedes tomarte buen producto en un plan más informal, no tan serio como en un gran restaurante, sino pensando más en un picoteo, un aperitivo.
Suscríbete a Las Provincias al mejor precio: 3 meses por 1€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.