Vestir de blanco una mañana invernal en Valencia ha dejado de ser una excepción en el calendario de bodas del año. Comenzó con la pandemia, ... cuando el parón obligado por confinamientos y limitaciones de aforos retrasó enlaces y los salones pusieron el cartel de completo en los meses de primavera y otoño. Llegaron celebraciones en verano, pero también en invierno, sobre todo porque hay novios que prefieren no tener que ponerse traje y corbata a más de 35 grados.
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Una de las bodas invernales que se ha celebrado en Valencia ha sido la de Alba Alberola y Álvaro Sirera, que se casaron en la iglesia de Santa Catalina. Ella iba deslumbrante con un vestido de Alejandro Resta, confeccionado en tafetán de seda con escote bardot drapeado atado al cuello, un gran lazo en la espalda y una cola imponente. Resta también se ocupó del segundo vestido que lució durante la fiesta posterior en la Vallesa de Mandor, así como los trajes que lucieron la madre, Mercedes Cotaina, y su hermana, Nuria Alberola.
El vestido se completó con un ramo de rosas blancas de la floristería L'arbre Flors, de Oliva. La decoración invernal corrió a cargo de El Taller de Clo, bajo la supervisión de la empresa Fit for Wedding, quienes se encargaron de cuidar hasta el más mínimo detalle del evento, que pudieron disfrutar unas 270 personas.
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