![Paz Padilla: «Hasta cuando mi Antonio se moría yo era feliz»](https://s2.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/2024/04/08/Paz%20Padilla%20-%20Copy%20Fran%20Medina-kQEG-U21020420633622GB-1200x840@Las%20Provincias.jpg)
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Cuando acaba la entrevista, Paz Padilla dice: «te quiero». Ha sido media hora de teléfono, pero a través de la línea se nota que hay mucha verdad. La humorista, que llega a Valencia para firmar su nuevo libro 'Madre!' y para subirse al escenario del ... teatro Olympia con 'El humor de mi vida', es la misma que aparece cuando se encienden los focos de la pantalla, no hay un personaje detrás de esa mujer «patilarga y feúcha», como ella misma se define, que ha reído y hecho reír a tanta gente a través de la televisión. La misma que ha tenido que enfrentarse a unas tormentas tales que hubieran hecho naufragar cualquier trasantlántico. Ella, sin embargo, ha llegado al puerto diciendo: «hostia puta, la que me ha 'caío', pero aquí estoy». Y ahora quiere contarlo al mundo, que del duelo se sale, que la muerte existe, aunque dé mucho miedo, y que para enfrentarlo no hay nada mejor que el humor.
-¿Por que sientes la necesidad de escribir?
-Porque tengo la necesidad de ayudar, porque cuando yo más perdida he estado, cuando más he necesitado ayuda, siempre la he encontrado, de gente sin que supieran ni siquiera ellos que me estaban ayudando, y porque creo que lo que aprendo lo tengo que compartir, no me pertenece. Yo siempre digo que si he podido salir de aquí, ellos también pueden hacerlo. No tienen que hacer lo que yo he hecho, pero a lo mejor algo les sirve.
-Es que transitar un duelo no es fácil, pero tú lo has superado. ¿Cómo?
-Yo necesitaba entender cómo y por qué había llegado a este punto de aceptación y necesitaba entender por qué a la gente le angustiaba tanto. A mí me decían: «tú ahora estás bien, pero ya verás el bajonazo que te va a dar, la depresión que vas a tener». Hay mucho desconocimiento de lo que es la aceptación, el duelo y el acompañamiento. Le tenemos un miedo atroz, tanto que ni siquiera podemos mirar, no queremos informarnos, ni prepararnos. Por eso el libro de 'Madre!' es un canto a la vida. Nadie nace preparado para los golpes que nos llegan, pero hay diferentes maneras de atravesarlos, y yo he descubierto, a través del crecimiento personal, que influye mucho la familia en la que nos hemos criado. Un niño que nace en un entorno sano, equilibrado y amoroso es un niño más fuerte.
-¿Cómo era tu madre?
-Mi madre era casi analfabeta, pero con un sentido común brutal, en una sociedad en la que tenían que ser fuertes. Mi madre crió a sus hijos en una posguerra, mi abuela en una Guerra Civil, y tenían tanta fuerza... Mi madre era albañil, era maestra, era todo, pero también era un ángel, porque te daba mucho amor. Una de esas madres a las que nadie nunca les dijo: «qué grande eres». A través de ellas me he visto muy reflejada en situaciones y momentos de pérdidas que yo he tenido. Mi madre siempre me daba consejos que son oro, y que sigo usándolos hoy en día porque ahora soy yo la que transmito esa sabiduría. Porque todas las mujeres estamos hechas de la misma carne, da igual cuándo nacieran.
-Dices que ayudar a los demás alivia el duelo.
-La compasión te lleva al amor, y ese es el estado en el que más se vibra. Cuando realmente somos felices es cuando estamos sintiendo amor, por eso cuando alguien te dice 'te quiero' vibras en lo más guay de la vida. Y cuando te das cuenta de que alguien en el peor momento ha sido compasivo contigo, le estás eternamente agradecida. El amor se regala y no vale dinero. Y fluye.
-Hablas de amor, pero tú has pasado por un programa como 'Sálvame', donde no parecía que hubiera mucho cariño.
-Amor había en el 'Sálvame', lo que pasa es que era otra manera de expresarlo. Hay gente que es amorosa y otra que te está amando tratándote de una manera que no entiendes cómo te puede querer así. Es verdad que ahora estoy en un programa -habla de 'Te falta un viaje', que presenta junto a su hija, Anna Ferrer- en el que puedo mostrarme sin miedo a nada. Y eso es muy bonito.
-Hablas de amor, de compasión y de golpes de la vida, ¿dónde está el humor en esta ecuación?
-Para mí el humor es lo más importante, porque es lo contrario al miedo. Reír es el momento máximo de felicidad. Es la única forma de que la gente pierda la coraza del miedo, porque la muerte da mucho miedo, porque nos tenemos que enfrentar a ella, y no sólo a la de nuestros seres queridos, sino a la nuestra propia. Por eso necesito que el humor esté en el teatro, en el libro, porque te estoy quitando esa coraza, metiéndome en tus sentimientos, en lo más profundo, para hablarte, sin miedos, de que todo lo que tienes dejará de existir. Y si eres consciente de que tarde o temprano lo vas a perder todo empiezas a cuidarlo; la relación con tu madre, con tu amiga, con tu hijo. No estarán siempre ahí.
Tras el fenómeno editorial que supuso 'El humor de mi vida', Paz Padilla acaba de publicar 'Madre!', un homenaje a tres generaciones de mujeres fuertes que son ejemplo. La humorista estará firmando libros en Valencia el 13 de abril. Además, del 10 al 14 de abril representa en el Teatro Olympia la adaptación de su primer libro.
-¿Fue tu madre quien te enseñó a ver la vida con humor?
-La Lola era una monologuista nata. Si hubiera nacido en otra época, con otras oportunidades, yo sería la hija de una gran humorista. Y mi madre sería la hija de otra gran humorista. El humor es un don, es un talento. El otro día me preguntaron por humor inteligente, y yo digo que hay humor para todos los públicos. El humor y el amor no se cataloga, y cada uno conecta con el suyo. Yo respeto a todo humorista que se sube a un escenario a hacer reír porque el humor, como la música, tiene la capacidad de abrir la conciencia. En realidad es un arte, aunque la gente no lo respete.
-¿Qué opinas del humor negro, tú que has tenido que vivir momentos duros?
-Tú te puedes reír en un velatorio, y de hecho yo lo hice. Recuerdo una señora que venía llorando, a la que no había visto nunca. Se me acercó y me dijo: «Paz Padilla, no te conozco, ni conocía a tu marido, pero qué bueno era». Y como el humor me sale porque va conmigo en todo momento, le contesté: «¿pues sabes lo que te digo? Que tenía una querida». Me reí y empezó a reírse, me dijo: «qué graciosa eres». Mira qué bonito, que llegó llorando por empatía, porque sentía mi dolor y quería ayudarme, y me salió el humor y yo la ayudé a ella también. Le di un abrazo, un achuchón y se fue contenta. Y salió el humor en uno de esos momentos durísimos en que la vida te muerde y se lleva el cacho.
-¿Crees que has encontrado el sentido a tu vida?
-Sin duda. ¿Sabes eso que los japoneses llaman 'ikigai'? Una ministra colombiana que trabajaba para la integración de la mujer indígena me dijo algo que no se me olvidará: «Hasta ahora te has hecho conocida para ver, y ahora tienes que hacerte oír porque tienes algo que decir». Mi razón de existir es esta, que la gente vea que el mundo en el que vivimos no es real. Estamos en una sociedad donde se esconde lo que no gusta: la muerte, la enfermedad, la pobreza o lo feo, que hay un culto a estar guapo y maravilloso. Pero soy Paz Padilla, tengo un altavoz, lo he vivido y he aprendido de grandes como Luis Gutiérrez Rojas, Rafael Sentandreu, Nazareth Castellanos... 'Madre!' es el resultado de tres años desde que murió mi Antonio en que escuchaba: «no lo querrías tanto que te estás riendo». Pero es que incluso cuando se estaba muriendo yo era feliz, porque la felicidad no depende de lo que hay fuera. Si te gusta quién eres ya pueden venir todas las tormentas del mundo.
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