El piso del Ensanche valenciano diseñado como un chalé

Si para un arquitecto es difícil diseñar su propia casa, se complicaba para una pareja donde los dos son profesionales del sector. «Lo tuvimos claro desde el principio, era una oportunidad para apostar en lo que creíamos. La sencillez», explica la pareja, que cuenta cómo la vivienda anterior se les quedó pequeña pero no querían moverse del barrio. «Vivíamos en el segundo Ensanche de Valencia y nos resultaba muy cómodo, ya que aquí se ubica nuestro estudio y el colegio de nuestros hijos».

Así que su objetivo era buscar un piso más grande, pero además que tuviera terraza, porque entendían que con niños era importante disponer de un espacio al aire libre. «Lo encontramos, estaba destrozado, pero lógicamente eso no fue un inconveniente, sino todo lo contrario», aseguran.

Decidieron crear un espacio neutro donde solo tuviera protagonismo el pavimento, con un material que por sus características nos permitiera usarlo en todas las estancias, tanto interiores como exteriores, y eligieron la madera de IPE, que tiene fuerza y carácter. «El reto era conectar el interior con el exterior. Diluir los límites entre dentro y fuera. Queríamos vivir en la ciudad, en el centro, pero no queríamos renunciar a disfrutar de nuestro clima. Y transformamos un piso en el Ensanche en una vivienda unifamiliar.

La vivienda es funcional, cómoda para vivir, adaptada a las diferentes necesidades de cada momento. «Queríamos dar protagonismo a la luz natural. Un espacio continuo. Una vivienda fácil, confortable, en la que poder vivir a gusto».