Los planes (y terrazas) de verano más exclusivos para no salir de Valencia

Afortunadamente, quedarse en Valencia en verano no es tan mal plan como parece. Como dicen los 'coach', todo es cuestión de actitud. Si miras la ciudad con ojos de turista, descubrirás un montón de sitios ideales. Para empezar, las terrazas de los hoteles -los 'roof tops', que dicen los cursis-, que son ideales para tomarte algo desde la tarde hasta la noche. Muchos tienen además animación, música en directo y una carta de cócteles que parece que estés en un club de Manhattan o del barrio de Chelsea. Aquí van las mejores terrazas: Palacio Santa Clara tiene en su azotea un espacio que está decorado en verde como un jardín urbano, con limoneros, plantas y parasoles verdes. La piscina es sólo para los que se alojan en el hotel, pero los demás podemos ir a cenar, tomar un cóctel, ver una peli en las sesiones de cine de verano o escuchar jazz en directo. El jueves 25 de julio es la próxima sesión.

Entre los recién inaugurados está el hotel Estimar, que acaba de abrir en la playa de La Pobla de Farnals y en Valencia, en Pintor Sorolla. La azotea es una coquetería, la ha decorado Zdenka Lara y tiene unas vistas espectaculares de Valencia y se llama The Coin Rooftop. El hotel asegura tener el mejor gin tonic 18 cítrico de toda Valencia. Lleva ginebra 'crioinfusionada' con lima, naranja, pomelo, limón verde y tónica.⁠

Si cada noche pruebas una terraza de hotel, casi se te habrá pasado el verano, porque prácticamente todos los hoteles de Valencia tienen su azotea decorada y con una carta de verano para cenar y tomar una copa.

El Palacio Vallier tiene otra de las azoteas más glamurosas de la ciudad, con vistas a la plaza de la Virgen, la Catedral o la Basílica. La carta de picoteo es corta pero bastante pija: ostras Gillardeau, caviar Rossini Gold, jamón de bellota Arturo Sánchez y tabla de quesos de Manglano. También puedes pedirte unas papas o unas gildas. La coctelería está abierta a partir de las cinco de la tarde y cierra a las doce de la noche. Del mismo grupo que Palacio Vallier, el hotel Marqués House también permite subir a la azotea del Café Madrid y tomarte su famosa agua de Valencia, un mojito o un aperol, que se ha puesto de moda de un tiempo a esta parte. Para acompañar, hay una pequeña carta de papas, hummus de garrofón, ensaladilla, anchoas o jamón y queso.

Para terrazas espectaculares y con vistas panorámicas, la del Veles e Vents es insuperable. Allí puedes ir a cenar al restaurante La Sucursal mientras ves la playa de las Arenas y la dársena del puerto de Valencia con una brisa marina que te hará olvidar que no te has ido de vacaciones. Además, todos los sábados de julio y agosto organizan tardeos desde las 6 de la tarde a las tres de la madrugada, con DJ y acceso gratuito.

Acercarse a la Marina siempre es una buena idea. En Azul Sunset Point te tomas algo escuchando el tintineo de los mástiles de los barcos y casi no te das cuenta de si estás en Valencia o en el náutico de Dénia o Calpe. La inmersión es mayor si vas al Club Náutico de Valencia. Allí te puedes tomar algo en Plan B, un chiringuito que abre todos los días de la semana. Tiene uno de los mejores atardeceres de Valencia y casi siempre hay música en directo o de DJ para acompañar un mojitos, granizado o té helado.

Si Veles e Vents tiene las mejores vistas del puerto, Atenea Sky las tiene de la plaza del Ayuntamiento. Para verano ha programado música todas las tardes: los lunes jazz tropical; martes, espectáculo flamenco fusión con baile en vivo; miércoles, música caribeña y jueves Spanish Harlem, un homenaje al Nueva York de los años 70 y la música disco, combinando los ritmos latinos de la salsa y el boogaloo. Los viernes, burlesque y cabaret y el sábado DJ y música en directo. Hasta las terrazas más relajadas como la del hotel Westin se animan en verano con noches temáticas: un día sushi y gintonics, otro champán y quesos y los sábados rebujito, sangría y tapas con un aire andaluz. Los domingos, tequila, mezcal y tacos mejicanos.

Para las que quieran algo más de actividad y no sólo tomar una copa escuchando música hay mil planes: los conciertos de Viveros, las exposiciones de la Fundación Bancaja, el IVAM o el Centro de Arte Hortensia Herrero y hasta la filmoteca de verano en los jardines del Palau de la Música.

Y si nos apetece un plan que nos haga sentir por un día que estás en Ibiza, hay decenas de excursiones por la bahía de Valencia en catamarán, en yate o en velero. En moto de agua para las valientes, o iniciación al paddle surf. Ahora, una propuesta muy VIP es poder alquilar un yate -hay de todos los modelos y precios- y pasar varios días en alta mar, que se puede incluso disfrutar de patrón y chef privado. Y si nos fijamos en quienes preparan salidas turísticas exclusivas, podemos tomar nota para ser turista en nuestra propia ciudad. Por ejemplo, Valencia Mar ofrece a quienes atracan en su marina tours privados por el casco histórico, aprender a cocinar una paella valenciana enmedio del lago de la Albufera, una cata de vinos muy exclusiva o una clase de golf impartida por los mejores profesores. No hay lugar para el aburrimiento.