Sabrina Kindem, la dermatóloga a tiempo parcial premiada por sus colegas

Esta dermatóloga nacida en Benidorm ni siquiera sabía que quería ser médico, pero reconoce que la combinación de su afición por el estudio y una fascinación por el cuerpo humano parecieron dirigirle sus pasos hacia la Medicina. Con Dermatología se superaron todas sus expectativas. «Lo elegí porque era muy dinámica, porque era médica y también quirúrgica». De hecho, es una de las especialidades más demandadas por los recién licenciados, y por eso Sabrina pone en valor a sus compañeros. «La Dermatología en España está posicionada como un referente mundial y no hay dermatólogos malos porque para llegar hasta aquí han tenido que currárselo, es la élite de la medicina española», explica esta doctora, a la que le gusta su profesión porque es «muy dinámica e integra un abanico de enfermedades de la piel donde hay todavía mucho que investigar». Sabrina Kindem estudió en la Universidad Miguel Hernández de Elche, es doctora cum laude en Medicina, máster en Tricología y en Dermatología Oncológica, experta en Fotodermatología y ha participado en numerosas publicaciones científicas relacionadas con la dermatología oncológica. Esa pasión por saber más la lleva a dedicar un tiempo cada día a estudiar los avances médicos que se van produciendo en su especialidad.

Eligió la especialidad en Valencia, donde se enamoró de un valenciano y aquí ha formado una familia. «Ya llevo trece años en esta ciudad y me siento muy a gusto», explica la facultativa, que tenía claro que con dos hijas pequeñas su prioridad era dedicarse a ellas. «Me gusta mucho mi trabajo, pero no hace falta vivir para él», expresa como máxima. No quiso volver al hospital después de nacer su primera hija y no se arrepiente en absoluto, porque no quería lidiar con las guardias y, al mismo tiempo, con la crianza. «Muchas veces he priorizado mi vida familiar a mi trabajo, de hecho ahora mismo he puesto el foco en mi familia», y confiesa que muchas veces se ha sentido mal por ello. Por eso cree que este premio tiene más mérito, porque ha demostrado que puede ser muy buena en su trabajo sin tener que dedicarle todo su tiempo.

«Ahora sí, lo que hagas, hazlo bien». Esa es la máxima que va a transmitirles a sus hijas, que aunque todavía son muy pequeñas, tiene claro que le gustaría que fueran libres para elegir, como ella, la profesión que más les atraiga. «Si tienen vocación por la Medicina claro que me gustaría que se dedicaran a ella, pero es una profesión muy exigente en la que tienes que estar siempre estudiando y te das cuenta de que no sabes nada de otras cosas».

Para Sabrina Kindem es muy importante la parte más humana que tiene que ver con el trato al paciente, en cuidar a cada persona que entra por su puerta como le gustaría que lo hicieran con ella. Dedicándole, además, el tiempo necesario, una máxima que, reconoce, es mucho más fácil en la sanidad privada. Por eso este premio «me hace especial ilusión porque tiene ese componente humano que me motiva a crecer todavía más en mi trabajo», explica.

Los reconocimientos son el resultado de más de cinco mil votaciones de profesionales, donde se tiene en cuenta el reconocimiento nacional e internacional, las habilidades clínicas o la labor investigadora, divulgadora o formadora, según explican fuentes del grupo Top Doctors. Además, los expertos tienen que hacer durante el proceso de valoración una reflexión sobre a qué médico acudirían o recomendarían a sus familias o amigos en casa de necesitarlos. También se tiene en cuenta la puntuación que han obtenido por parte de pacientes reales. «Estamos felices de llevar diez años celebrando estos premios, de los que nos sentimos especialmente orgullosos ya que ponen en valor la excelencia médica reconocida por el propio colectivo», explica Cristina Pérez, directora de comunicación.