La Valencia que pide la sociedad civil

Mejorar la convivencia es una de las peticiones más coincidentes. La polarización preocupa a la comunicadora Ana García-Rivera, que lamenta que «cada vez sea más complicado expresarse libremente sin enfrentarse a críticas o malentendidos». La portavoz del Levante CF, Maribel Vilaplana, pide respeto y tolerancia: «que la gente se escuche y se de la oportunidad de entenderse». La empresaria Mónica Duart ahonda en este deseo. «A mí me gustaría un 2024 en el que nuestros gobernantes trasladasen menos crispación a la ciudadanía, que generasen confianza y libertad para que los empresarios creen empleo y los jóvenes emprendan y que, colectivamente, pudiéramos atender a los más desfavorecidos», añade. «La vida no es blanco o negro -dice el catedrático Juan Viña-, hay toda una paleta de tonalidades y es nuestra responsabilidad encontrar puntos comunes y aceptar diferentes posiciones evitando la crispación actual, tan estéril». Para Viña, la solución pasa por la educación. «Leer y reflexionar permite corregir errores, aceptar matices y no confundir información tergiversada con conocimiento».

La artista Marusela Granell añade un matiz a este deseo. «Para Valencia pido cultura, sinceridad y parentesco. Puede parecer un planteamiento ingenuo, pero todos somos responsables de que nuestro entorno esté bien y debemos, como dice Donna Haraway, generar parentesco, creer que las personas que te rodean pueden mejorar el mundo», explica. En esa idea profundiza el joyero Vicente Gracia. «Como valencianos, deberíamos mostrar nuestra faceta tolerante, integrador, alegre y divertido, que sumado a nuestra historia multicultural sirviese de ejemplo de convivencia».

Para Rafa Alcón, presidente de la Fundación Bancaja, Valencia tiene que liderar el espacio social y cultural, mientras que a la científica Pilar Mateo le gustaría que Valencia fuera cada vez más sostenible, «controlando aspectos nocivos para la convivencia como son la anarquía de los patinetes eléctricos o la falta de vivienda». Los patinetes también entran en la lista de peticiones de Inma Sobrino, propietaria del restaurante Hotaru. «Los peatones ya no sabemos por dónde caminar con seguridad entre tantos patines y bicicletas. Ojalá que la ciudad siga ganando prestigio y desarrollando un urbanismo bonito, aprovechando sus zonas de playa con respeto a la naturaleza».

La proyección internacional de la ciudad es otro de los aspectos que está en la agenda de la sociedad civil valenciana. «Me gustaría que fuéramos una ciudad cosmopolita, reconocida en todo el mundo por su creatividad, una ciudad imaginativa, próspera y acogedora», dice el arquitecto Ramón Esteve. Coincide con María José Albert, de la junta de la Asociación de Amigos del Museo San Pio V. «Quiero una ciudad de la que nos sintamos orgullosos todos los valencianos, que esté en constante crecimiento y que transmita una imagen cuidada».

La gastronomía es otro de los atributos de la ciudad con mayor atractivo para los turistas. El presidente de Cuchara de Plata, Vicente García, espera que este año la ciudad siga recibiendo a los visitantes con los brazos abiertos, «que es el carácter que nos define como ciudad mediterránea y abierta al mundo». Al 2024, García le pide poder disfrutar de una vez por todas del Corredor Mediterráneo, un derecho que se nos está negando».

En cuanto a los propósitos personales para el próximo año, los hay de todo tipo. Rafael Alcón se ha propuesto para este año continuar siendo feliz, mientras la artista y profesora de arte Marusela Granell seguirá trabajando para dar consistencia a su obra. «Y pediré fuerza para evocar y transmitir como artista y comunicadora que todo va a estar bien», añade. «Ahora mismo, el 2024 lo veo como un lienzo en blanco lleno de posibilidades», explica Maribel Vilaplana. «En el 2023 he sumado un nuevo desafío en mi vida, el Levante. Le pido al 2024 estar a la altura de todas las personas que han confiado en mí, que podamos vibrar en el césped y que el fútbol nos devuelva lo que tanto se merece este club».

El arquitecto Ramón Esteve suma a su lista de propósitos «seguir diseñando desde su estudio lugares, objetos y marcas singulares y con carácter, en definitiva creando lugares donde apetece vivir». Sophie Von Schönburg y su socia, Fátima Ateyeh, inaugurarán su nuevo estudio Creative House en Ruzafa y esperan que sea un espacio con capacidad de atraer talento.Y el joyero Vicente Gracia suma para este 2024 un deseo más espiritual. «Me gustaría ser capaz de transmitir, a las futuras generaciones, los valores fundamentales del ser humano: el orden, la disciplina, la compasión, la piedad, la fe… Sólo de esta forma conseguiremos una verdadera educación de la cultura de la paz y juntos caminaremos y evolucionaremos hacia un mundo mejor».

Luciana Brito, brasileña afincada en Valencia y presidenta de la Fundación Brito, desea para la ciudad que vuelva a brillar y ser una ciudad maravillosa como en 2007, cuando llegó a España. En lo profesional, se ha propuesto aumentar el flujo de alumnos de iberoamerica y China para las sedes de España y de Italia de su Fundación «y hacer una buena gestión del club de fútbol que voy a presidir. En el ámbito personal dedicar más tiempo a mi hija y permitirme vivir todo que hay para vivir».«Que sigamos creciendo y mejorando como ciudad, que la sanidad tan importante en nuestros días mejore y que la educación y el respeto a los demás no se pierda nunca ya que son la base de nuestra futura generación», son las peticiones de Carlos Cervera y Javier Martínez-Rubio para Valencia.«En lo personal, pedimos salud y seguir siempre unidos y así poder superar cualquier contratiempo»