![Moda Isabel Sanchis | La valenciana que ha conquistado el mundo de la moda](https://s2.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/202109/18/media/cortadas/PS21_Isabel_Sanchis_1463-U120336167827nvF-U150573563936NuB-1968x1216@Las%20Provincias-LasProvincias.jpg)
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Begoña Clérigues. Fotos de Damián Torres
Domingo, 19 de septiembre 2021, 01:04
Es miércoles 15 de septiembre. Faltan tres días para que la firma valenciana Isabel Sanchis desfile en Madrid y en su taller en Benaguasil todas las costureras trabajan a destajo. Los nervios están a flor de piel. Queda mucho por hacer y las horas pasan rápido. La colección completa tiene que estar lista antes del jueves, que viajará a Madrid perfectamente planchada, en percheros y de pie, para que no se arrugue. El viernes a primera hora la ropa tiene que estar colgada en el stand del pabellón 14 de IFEMA, dentro del 'backstage', la tramoya de la pasarela, donde trabaja un gran equipo de peluqueros, maquilladores, regidores, fotógrafos, vestidoras y cientos de trabajadores de la organización.
A las ocho de la mañana del viernes comienza el 'fitting', el momento en que las modelos se prueban los vestidos con los que desfilarán al día siguiente. Es un momento tenso. A la mayoría les queda la ropa como un guante, porque las modelos suelen tener una talla 36-38 y previamente la organización envía unas fichas con todas sus medidas detalladas, altura, peso y hasta color y corte de pelo. «Llevamos nuestras propias costureras que acoplan las prendas. También vienen con nosotros vestidoras, porque es alta costura, tienen detalles delicados y complicados y nuestro equipo ya sabe cómo vestirlas. En la selección de modelos hemos querido que se refleje la diversidad de mujeres a las que vestimos, de todas las edades», cuenta Isabel Sanchis, la directora creativa de la firma con su hija Paula Maiques.
El 'fitting' requiere de una coordinación milimétrica. Los desfiles ya han comenzado y las modelos tienen que aprovechar los escasos minutos entre un desfile y otro para pasarse por los stands y probarse los diseños. «Tienen que desfilar 25 modelos, algunas saldrán dos veces, hasta llegar a los 34 o 36 looks. Cada modelo se prueba el vestido con el peinado de otro desfile, se le saca una foto para ver el resultado y luego sale corriendo para llegar al siguiente, es una locura», cuenta Rocío Bacharach, relaciones públicas de la firma. En el stand hay aforo limitado por la Covid, máximo 14 personas. Tres fotógrafos y tres cámaras de vídeo cubren cada momento del 'fitting' y de la antesala.
A pocas horas del desfile, todavía queda mucho por hacer, bordados que terminar, acabados finales y complementos. También hay que estar muy pendiente de la puesta en escena en la pasarela, qué modelo abrirá o cerrará el desfile, el peinado y maquillaje, la música, las luces, los invitados, la prensa o dónde se sentarán los vips, que siempre suelen dar quebraderos de cabeza porque aquí los egos son enormes. Pobre de ti si no has reservado asiento en primera fila ('front-row' en el argot) para la jefe de moda de la revista x, que ha confirmado en el último momento. Esos detalles pueden dar al traste o elevar a los altares a una colección para la que has dedicado medio año de trabajo. «En nuestro 'front-row' habrá mucha gente que apoya la firma desde hace años, compradores, actrices, periodistas, como Eva González, la actriz Rocío Muñoz, María Hervás, Eva Marciel o Mireia Laguna». De la firma han vestido tops internacionales como Nieves Álvarez, Eugenia Silva, las actrices Paula Echevarría y Paz Vega, Sharon Stone, Isabel Preysler, Mar Flores, Mar Saura, Chiara Ferragni, Tamara Falcó, Silvia Abril, Chiqui Delgado, Raquel Sánchez-Silva, Anne Igartiburu, Sonam Kapoor o Nicole Kimpel», cuenta Bacharach.
Las relaciones con los medios son clave. «Contacto con los periodistas con mucha antelación para cerrar entrevistas con Isabel Sanchis, aunque luego siempre surge alguna. Los medios no se pueden acumular en el vestuario que, además, tiene aforo limitado por el covid. Mi función es que esté todo planificado coordinando entrevistas entre viernes y sábado, tenemos más de 35 entre televisión, radio y revistas».
Cuando finaliza el desfile y salen a saludar Isabel Sanchis y Paula Maiques todavía queda pasar por el 'kissing room', el espacio donde los diseñadores saludan a las autoridades, como la directora de la pasarela, Nuria de Miguel, y amigos que han venido a verlas. Es el momento del postureo y de posar en el photocall.
La suerte ya está echada, pero habrá que esperar a las crónicas del día siguiente para ver los resultados. Atrás quedan seis meses de trabajo que requiere la producción de cada colección, con un coste aproximado de unos 300.000 euros. «En el momento de presentar una colección estamos ya inmersas en la próxima aunque siempre hay algunos diseños de piezas muy especiales que traspasan alguna colección», cuenta Sanchis.
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