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DANIEL GUINDO
Viernes, 31 de marzo 2017, 18:40
El rescate de la concesión del hospital de Alzira y la decisión de la Conselleria de Sanidad de no querer prorrogar el contrato de gestión de este departamento con Ribera Salud deja en el aire algunas inversiones e infraestructuras sanitarias previstas en la comarca por la compañía.
En concreto, según fuentes de la concesionaria Ribera Salud, se había programado ya una inversión unos 25 millones de euros para, entre otras cuestiones, la construcción de un nuevo centro de salud en Corbera, ampliar y reformar el ambulatorio de Algemesí, y dotar al hospital de Alzira de una unidad de reproducción asistida, de un mayor número de camas y de nueva tecnología y equipamiento médico.
Así, los trabajos para las actuaciones en los centros de salud ya están muy avanzados. El pasado mes de julio, el director gerente del departamento de salud de la Ribera, Javier Palau, y el alcalde de Corbera, Jordi Vicedo, firmaban el convenio de colaboración para poner en marcha las obras del nuevo ambulatorio, una edificio de nueva planta que se acordó edificar en un solar municipal de más de 1.000 metros cuadrados de la localidad. En el caso de Algemesí, a principios de este mes, Palau se reunía también con la alcaldesa, Marta Trezano, para avanzar en la ampliación del actual ambulatorio en un solar anexo de cerca de 300 metros cuadrados. El proyecto sólo está pendiente de que se resuelvan «aspectos técnicos» entre la Conselleria de Sanidad y el Consistorio de la localidad para la aprobación del plan funcional definitivo. En ese encuentro, Palau reiteró el compromiso de inversión de Ribera Salud. Por último, la citada unidad de reproducción asistida, prevista para el hospital de Alzira, contribuiría a reducir las esperas de otros centros hospitalarios y acercaría este servicio a los vecinos de los municipios de la Ribera.
Sin embargo toda esta inversión se había programado para los cinco años en los que, presumiblemente, podría desarrollarse la prórroga del contrato de concesión, posibilidad que establece el actual convenio y que la Conselleria de Sanidad ha decidido no conceder. Ribera Salud va a presentar un recurso judicial para intentar que, finalmente, esta prórroga sí se lleve a cabo a partir de abril del próximo ejercicio, momento en el que expira la concesión otorgada en 2003. La compañía entiende que la negativa de Sanidad a que pueda prolongar el servicio responde a principios «puramente ideológicos» y «no defiende el interés público de los ciudadanos», de ahí que opte por acudir ante el juez.
En los 15 años en los que se alargaba la concesión, Ribera Salud se había comprometido a invertir 140 millones de euros y, según reza en su propia página web, a finales del pasado año ya había destinado algo más de 138,7 millones en distintas actuaciones, como la construcción y los equipamientos de centros de salud en Alzira, Favara o Cullera, o en dotaciones como equipos de resonancias magnéticas, un acelerador lineal, un mamógrafo digital o un TAC para radioterapia, entre otros sistemas médicos. Por tanto, Ribera Salud ya ha ejecutado el 99,11% de las inversiones comprometidas al comienzo de la concesión.
Por su parte, desde el departamento que dirige Carmen Montón indicaron que las inversiones previstas por Ribera Salud en la comarca «son aquellas que tiene comprometidas a instancias de la Conselleria de Sanidad, por lo que la conselleria espera que Ribera Salud cumpla con los compromisos de inversiones y continuará con las líneas de mejora del departamento que impulsa». Con ello, Sanidad deja entrever que espera que la concesionaria finalice el periodo de la concesión actual con el 100% de la inversión ejecutada y que será el Gobierno central el que dirigirá las mejoras que sean necesarias en el ámbito sanitario.
División de opiniones
Por otra parte, y a nivel ciudadano, mientras la asociación SanitatSolsUna, criticó que el Consell no quiera mantener el actual modelo de Alzira, la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública aplaudió el rescate de la concesión.
Los primeros creen que «no hay lugar a dudas: si la gestión del hospital pasa a la conselleria, cambiará las condiciones salariales de los profesionales, desaparecerán especialidades y, con ellas, muchos profesionales, y la calidad asistencial empeorará. No hay más que revisar los datos de la propia conselleria en sus informes de gestión y sobre las listas de espera. En la Ribera tenemos casi el doble de especialidades que cualquier otro hospital comarcal al uso y tenemos dos meses menos de media de espera quirúrgica». Los segundos, por su parte, opinan que este modelo «prima el beneficio empresarial provocando unos elevados sobrecostes de las prestaciones».
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