b. gonzález
Benigànim
Jueves, 28 de enero 2021, 00:04
Hasta las 11 horas de la mañana del próximo 2 de febrero tiene de plazo el propietario de la explotación equina ilegal ubicada en el término municipal de Benigànim, para cerrar la nave y llevarse los caballos. Es el último paso del proceso administrativo abierto contra esta actividad por parte del Ayuntamiento, tras el accidente mortal provocado en diciembre de 2018, presuntamente, por uno de los animales, tras colisionar con el coche de un vecino de Bellús en la CV-612.
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Según explicaba en la sesión plenaria de este miércoles el concejal de Urbanismo e Industria de Benigànim, Cristóbal Barceló, el propietario cuenta con la notificación y si para esa fecha no está cerrada, el consistorio procederá a la ejecución subsidiaria. No obstante, el edil indicaba que el propietario les transmitía su intención de cumplirlo antes del plazo indicado.
Barceló aseguraba que la tramitación del expediente ha seguido la estricta legalidad. Se iniciaba el 1 de febrero de 2019, tras el informe presentado por el Seprona tras el accidente.
Al respecto, indicaba que en junio de 2011 se pidió por parte del propietario informe de compatibilidad urbanística para una instalación equina de pequeña capacidad, es decir, de hasta 8 caballos. Sin embargo, cuando se llevó a cabo la inspección ocular se pudieron contabilizar hasta 53 animales.
El edil de Urbanismo e Industria también informaba de las complicaciones del procedimiento puesto que, en un primer momento no se pudo notificar el decreto de cierre al propietario personalmente y se tuvo que hacer de manera edictal.
Lento proceso judicial
Marcos Falcó, hijo del vecino de Bellús fallecido en el accidente, asegura sentirse, en parte, reconfortado, «porque al menos se elimina un peligro para todas las personas que utilizamos diariamente esta carretera». Sin embargo, lamenta que la vía judicial para depurar responsabilidades vaya tan lenta.
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El caso se sigue en el Juzgado número 3 de Ontinyent que, después de más de dos años, continúa con las diligencias. Al parecer, según explica Falcó, hay problemas para poder demostrar que fue uno de los caballos de esta explotación el causante del accidente y, por tanto, de la muerte de su padre. «El caballo apareció una semana después del accidente a un kilómetro de donde se produjo y sin chip. El propietario alegó que no era suyo, que no había echado en falta ninguno. Sabemos que sí lo era, aunque hay que demostrarlo», explica Marcos.
Además, la parte demandada ha intentado hasta en dos ocasiones archivar la causa, pero el juez ha desestimado la petición.
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