La Cooperativa de La Font de la Figuera participa en un proyecto para fabricar cajas de bioplástico a partir de restos de la vid

Aprovechar los subproductos del sector vinícola para la fabricación de bioplásticos para la industria. Esa es el objetivo del proyecto denominado RASPONS, que coordina la Cooperativa La Viña de La Font de la Figuera, en colaboración con el Instituto Tecnológico del Plástico, AIMPLAS, y el Instituto de Conservación y Mejora de la Agrodiversidad Valenciana (COMAV) de la Universitat Politècnica de València (UPV) y que financia la Generalitat, a través de la Conselleria de Innovación, Industria, Comercio y Turismo.

Según explica el presidente de la Cooperativa La Viña, José Fita, fue la Federación de Cooperativas de Valencia la que los eligió para este proyecto, en el que se ha trabajado desde 2022 y cuyo prototipo fue presentado el pasado año.

«Agradecemos que la Federación se acordara de nosotros porque siempre estamos dispuestos a colaborar y más aún cuando se trata de un proyecto para aprovechar los subproductos, de los que es difícil deshacerse», manifiesta Fita, quien subraya la importancia de esta iniciativa, además por el mencionado aspecto medioambiental, sino también porque consideran que también podrán conseguir algún beneficio de ese aprovechamiento industrial.

El prototipo que les fue presentado, explica, es un material entre cartón y plástico cuya materia prima es principalmente el raspón, de ahí el nombre del proyecto, que es la estructura donde se aguantan las uvas, «que es más consistente», explica Fita.

Y es que la idea es fabricar cajas de bioplástico compostables y sostenibles para almacenar, transportar y distribuir las botellas de vino. De esta forma, se pretende proporcionar a las empresas vitivinícolas una solución para eliminar sus residuos, en el marco de la economía circular. Y es que son más de dos toneladas de desechos los que anualmente se generan en España durante el proceso de elaboración de vino.

Estos subproductos se han usado, tradicionalmente, como fertilizantes, biomasa o se han derivado a otras industrias para la obtención de alcoholes o bioetanol.

Según expone la investigadora líder en Agricultura y Medio Acuático de Aimplas, Chelo Escrig, los nuevos productos plásticos no sólo han de ser compostables y mantener las propiedades mecánicas requeridas para el embalaje y transporte, sino que deberían reducir, además, los costes de la materia prima, al sustituir el cartón por subproductos de la propia industria.

El producto obtenido en este proyecto cumple con estos requisitos. Se desarrollan a partir de biopolímeros y de desechos agrícolas con alto contenido en celulosa, estos materiales son biodegradables y semirrígidos y, además, gracias a los extractos obtenidos de los hollejos (los restos sólidos del prensado de la uva) es posible tintarlos de forma sostenible.

«A través de RASPONS damos al sector vitivinícola una alternativa para que los productos desechables tengan una segunda oportunidad en forma de productos símil cartón compostables, que se pueden utilizar en la propia bodega para introducir las botellas para su comercialización, como artículos de merchandising o como productos de plasticultura para el cultivo de la vid, protectores de plantones», precisa la investigadora.

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