B. González
Xàtiva
Lunes, 29 de julio 2024, 17:20
La titular del juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 4 de Xàtiva ha denegado la orden de alejamiento soliciada por una mujer que sufrió una agresión sexual por parte de un vecino en una localidad de la comarca de la Costera. Además, el presunto agresor, agredió a un agente de la Guardia Civil cuando procedió a su detención, por lo que también está acusado de atentado a la autoridad.
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La jueza, tras el examen forense realizado al detenido, considera que dados sus antecedentes psiquiátricos, «no ha lugar a las medidas cautelares de alejamiento» solicitadas por la víctima, al considerar que «no existen indicios de que los hechos se repitan una vez el sujeto sea estabilizado en psiquiatría», a pesar de que reconoce que el detenido puede representar un peligro «no sólo para los vecinos sino para cualquiera».
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En su Auto, al que ha tenido acceso este periódico, la jueza acuerda mantener la detención del presunto agresor hasta que sea examinado en la Unidad de Psiquiatría del hospital Lluís Alcanyís de Xàtiva, y se decida si procede o no su ingreso hospitalario, aunque decreta su libertad una vez sea examinado, «sea cual sea la decisión del psiquiatra».
La magistrada considera que con el tratamiento que se le ponga la situación va a cambiar, que no hay «ninguna fijación hacia la vecina» y que lo ocurrido se trata de «un episodio casual y desafortunado por las circunstancias personales del detenido».
«No existen indicios de que los hechos se repitan una vez que el sujeto sea estabilizado en psiquiatría, lo que descarta una situación objetiva de riesgo inmediato para la integridad física o indemnidad sexual de la denunciante», reza el Auto.
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Una decisión que ha sido recurrida en reforma por la defensa de la víctima. Su abogado, Ramiro Blasco, considera que «si ya es grave que una agresión sexual se califique de hecho «casual y desafortunado», más aún lo es que no se acuerde la orden de alejamiento porque según la juez la situación va a cambiar una vez sea tratado».
Blasco recuerda que la propia jueza reconoce que el agresor de su defendida abandona el tratamiento que tenía prescrito y que es un peligro no sólo para los vecinos sino para cualquiera y asegura que no les cabe duda de que «se volverá a producir una agresión sexual» y que la mujer «está aterrorizada, con razón».
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Los hechos ocurrieron en una finca de un municipio de la Costera la pasada semana cuando el presunto agresor, un joven de 25 años, que llevaba viviendo en la finca hacía apenas diez días, pidió ayuda a la víctima porque había perdido las llaves y no podría entrar en su casa. Tras comentarle que en el municipio no hay cerrajero, se prestó a facilitarle una escalera, puesto que la vivienda del joven era un primer piso, para que pudiera entrar por la ventana.
Fue cuando se dirigían a recoger la escalera cuando el joven, según la versión de la víctima, se echó sobre ella y comenzó a abrazarla y besarla e incluso a tocarle sus partes íntimas por encima de la ropa. La mujer gritó llamando a su marido, quien pudo separarlo de su mujer dándole un empujón.
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Tras poner la correspondiente denuncia, los agentes de la Guardia Civil se personaron en el domicilio del presunto agresor para proceder a su detención y son recibidos con amenazas y gritos por el individuo, quien llegó a agredir a uno de los agentes, por lo que también se le acusa de un delito de atentado a la autoridad.
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