Los doseles de Alzira atraen a miles de visitantes

La pasión en la Semana Santa de Alzira se vive de diferentes formas. En las procesiones, en las numerosas bandas de tambores de cada una de las cofradías y también a través de los doseles. Se trata de una tradición alcireña en la que cada cofradía decora con esmero su imagen y la abre al público. Creaciones únicas que usan luces, la música, recreaciones naturalistas para sentir el fervor de esta celabración religiosa.

Unas obras efímeras que nadie quiere perderse y por ello estos días a las puertas de muchos de los doseles se forman largas colas para poder disfrutar de las imágenes. En años anteriores, incluso, se han abierto algunos después de la Semana Santa para que la gente pudiera verlos ya que las horas de espera impedían que todos los visitantes entrasen antes de su cierre el Jueves Santo.

Precisamente es el Miércoles y el Jueves Santo cuando más gente sale a recorrer las calles de Alzira buscando la ubicación de cada una de las cofradías. Mapa en mano se puede observar a mucha gente que va tachando cada uno de los números y comentando cuáles son los que más les han gustado. La Semana Santa de Alzira también hace entrega cada año de los premios a los mejores doseles, un reconocimiento al trabajo de los clavarios y miembros de las cofradías.

Un trabajo que se puede contemplar unos pocos días pero que conlleva mucho esfuerzo y horas de dedicación. Así lo explica Jayden, un joven artista que se estrena este año con la creación del dosel de la Crucifixión de Jesús.

«Tenía el boceto principal y hace un mes comencé con la pintura. Solamente cada una de las paredes me ha costado cuatro horas para pintarlas, había que hacer piedra a piedra», explica el artista ya que se ha tenido en cuenta cada detalle para que la imagen de Jesús crucificado luzca en un en torno especial.

De esta forma, se ha grabado el escudo de la cofradía en las piedras y en el fondo se ve el reflejo de la luna. Toda esta pintura junto a elementos naturales como lianas o maderas para conseguir un efecto más realista.

Esta cofradía solía contratar a un profesional para crear su dosel pero este año Jayden, estudiante de Arte, se presentó voluntario para así reducir los gastos. «Somos una cofradía humilde y prefería que ese dinero se destinara a otras cosas que hacen falta como comprar material para la banda de tambores», señala el joven que forma parte de esta agrupación desde hace 13 años.

En la creación del dosel también colaboran los cofrades para conseguir un resultado óptimo y que todos los visitantes puedan venerar esta imagen tan apreciada por ellos.

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