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Viernes, 29 de septiembre 2023, 08:31
Òscar Navarro ha iniciado su cuarta legislatura como alcalde de Polinyà de Xúquer. Esta pequeña localidad de la Ribera Baixa se ha convertido en el bastión de Esquerra Unida donde la formación gobierna desde 2007 con mayoría absoluta. En estas últimas elecciones, EU consiguió doblar los votos de sus adversarios políticos, PSPVy PP, y reafirmar la apuesta de los vecinos por Navarro. El alcalde decidió continuar una legislatura más para poder llevar a cabo los proyectos que la pandemia impidió conseguir y así finalizar una de las grandes iniciativas que es definir el futuro de la ciudad. Òscar Navarro es presidente del Consorci de la Ribera desde 2015 y vicepresidente de la Mancomunitat de la Ribera Baixa en la actual legislatura.
– Cuarto mandato consecutivo al frente del Consistorio, ¿cuál es la clave para seguir contando con el apoyo de los vecinos?
–Se debe a un conjunto de cosas como que la gente vea que se gestiona de forma eficiente y sin vaivenes económicos. También es importante ser accesible y transparente e intentar tener una hora de ruta clara pero sin estar siempre con conflictos.
- ¿Cuál es la situación económica del Ayuntamiento de Polinyà de Xúquer?
- Es relativamente buena. No tenemos deuda, las facturas a los proveedores se pagan a los ocho o nueve días y gracias al remanente de Tesorería hemos podido llevar adelante algunos proyectos.
- ¿Qué proyectos tienen planeados para esta legislatura?
- No vamos a hacer castillos en el aire. El objetivo de la legislatura es planificar a futuro el Polinyà que queremos, en todos los aspectos. Si queremos que haya más árboles, cómo debe ser la atención a los mayores. En definitiva, establecer unas bases de futuro.
- ¿Y cómo debe ser Polinyà en los próximos años?
- Queremos hacer un pueblo más amable pero para esto se necesita tiempo. Es una decisión que debe contar con la participación de todos porque si no tendrá los días contados. Un proyecto que nos creamos y que da igual quién esté al frente del Ayuntamiento, que con modificaciones, pueda llevarse a delante porque tenga consistencia.
- La despoblación es un problema que afecta a muchos pueblos pequeños, ¿crees que Polinyà tiene riesgo de perder habitantes?
- Nosotros no vivimos en una zona de riesgo de despoblación. Nuestra población es estable y en la Ribera hay mucho dinamismo. Sin embargo, para evitar esta problemática es necesario anclar a las personas a su territorio y para ello tienen que poder ganarse la vida. Hay que actuar en sectores que están abandonados para que haya más opciones de empleo.
- Algunos municipios pequeños incrementaron su población tras la pandemia ya que la gente busca viviendas más grandes y más cerca de la naturaleza, ¿notaron esta tendencia?
-La verdad es que aquí no se notó pero ahora sí han empezado a instalarse nuevos vecinos a causa de los elevados precios de las viviendas en otros puntos.
- La agricultura es uno de los sectores claves en Polinyà y toda la comarca de la Ribera. ¿Qué se puede hacer para reflotarla y que siga siendo un motor económico?
- Ni los ayuntamientos, ni el gobierno autonomico, incluso ni el del Estado tienen mucha fuerza en este tema ya que las decisiones vienen de Bruselas. Pero desde aquí no hemos protestado lo suficiente para defender los productos de calidad. En Polinyà hemos creado un Plan de Desarrollo Agrario para analizar las debilidades del sector y poder actuar en temas de digitalización o reconversión. Y es que con los precios actuales no es viable y esto está provocando un abandono de explotaciones y la falta de relevo generacional.
- Una de las reivindicaciones históricas de los municipios de la Ribera Baixa ha sido la mejora de las comunicaciones por carretera, ¿en qué punto se encuentran actualmente las principales vías?
-Se han mejorado bastante, sobre todo, la CV-505. Esta pendiente actuar en la carretera que une Polinyà con Corbera por donde pasa el transporte escolar. En este último año se han puesto en marcha las nuevas líneas de autobús y se ha mejorado mucho la comunicación aunque nunca es suficiente.
- En los últimos años ha sido presidente del Consorci de la Ribera, ¿qué papel juegan este tipo de entidades comarcales para mejorar la vida de los pueblos?
- Las mancomunidades acercan los servicios a los municipios con diferente programas. Se ha avanzado mucho y se han descentralizado los servicios. El Consorci se encarga más de proyectos técnicos al que optan ciudades más grandes.
- ¿Continuará al frente del Consorci?
- El nuevo Consorci de la Ribera se conformará en noviembre pero lo más seguro es que no continúe como presidente.
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