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REDACCIÓN
ALZIRA.
Sábado, 13 de octubre 2018, 00:44
El Servicio de Cirugía Torácica del Hospital Universitario de la Ribera ha incorporado la taulinoplastia, una técnica quirúrgica mínimamente invasiva que permite corregir la deformación congénita de tórax conocida como 'pectus excavatum', minimizando el sangrado y las complicaciones durante la intervención, reduciendo el dolor y acortando el periodo de recuperación del paciente.
El Hospital de Alzira se convierte, así, en el primer centro público de la Comunitat Valenciana en utilizar esta técnica. La primera intervención realizada con ella se ha llevado a cabo en un niño de 12 años que ha sido dado de alta a los dos días de la operación, sin complicaciones.
El 'pectus excavatum' es una deformidad congénita de la cavidad torácica que se caracteriza por el hundimiento del esternón hacia el interior del pecho. Ello provoca presión sobre los órganos vitales del tórax (el corazón y los pulmones), lo que limita la capacidad de crecimiento del paciente y le provoca problemas respiratorios.
Según ha destacado el jefe del Servicio de Cirugía Torácica del Hospital de Alzira, José Marcelo Galbis, «si bien es una patología leve en el nacimiento, la deformidad aumenta durante la infancia y la adolescencia, pudiendo provocar, además de los problemas físicos, una importante afectación psicológica en el paciente, que repercute negativamente en sus relaciones sociales».
La taulinoplastia consiste en levantar el esternón hundido y fijarlo a la altura deseada mediante una prótesis subcutánea, conocida como 'pectus-up' y que se compone de una placa que se diseña expresamente para el paciente que debe ser intervenido, y de diversas fijaciones óseas. Se realiza una incisión de pequeño tamaño en el pecho del paciente, a través de la cual se efectúa un orificio en el esternón y se coloca la placa en la posición deseada, elevando el esternón a la posición ideal y fijándolo a la placa con los sistemas de fijación óseos.
«Esta técnica está especialmente indicada en casos de personas jóvenes, de entre 12 y 18 años, con una flexibilidad del tórax aún patente", ha señalado Galbis. Al ser una técnica mínimamente invasiva, «donde se evita abrir el esternón», se minimiza el sangrado y las complicaciones, de forma que el dolor postoperatorio es mucho menor.
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