A. Talavera
Alzira
Miércoles, 20 de septiembre 2023, 14:52
Alzira tiene más de cien barrancos en todo su término municipal. Algunos de ellos reciben las aguas de numerosos puntos montañosos y cuando caen decenas de litros en pocas horas estos se ven colapsados. Uno de los puntos más conflictivos es el barranco de la Casella, que es uno de los principales cauces de la ciudad que conecta con el río Júcar. Además, este barranco sirve de camino de acceso a zonas de cultivos y casas de campo que se ven incomunicadas cada vez que hay un temporal.
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Ante esta situación, los vecinos de esta zona se han unido en una asociación para defender sus intereses y reclamar ante todas las instituciones una mayor implicación en el mantenimiento del mismo dándole la importancia que se merece al punto más conflictivo de todo el término municipal después de cada tormenta.
Y es que no sólo sufren los problemas en el momento de las lluvias, cuando se corta al tráfico porque se anega, si no que el mal estado de conservación de este barranco hace que días después siga siendo intransitable.
«Es evidente que la función de un barranco es la de canalizar el agua que recogen las montañas», señalan los afectados, «sin embargo, esto no quita el hecho que desde tiempo inmemorial, también ha sido la única vía de entrada y salida de multitud de explotaciones agrarias y cada vez más de viviendas con personas que residen todo el año».
Esta situación ha provocado que se diera lugar a una servidumbre histórica de paso, que a la Confederación Hidrográfica del Júcar ahora no reconoce al no permitir el asfaltado ni utilizar ningún elemento ajeno para su conservación lo que ha derivado en que su estado sea muy deficitario. «Dejan cada vez más a su suerte el barranco y limitando las intervenciones del Ayuntamiento de Alzira», manifiestan los vecinos. Una sentencia obligó al Consistorio a retirar el asfaltado que hace unos años se había colocado en la zona para facilitar el paso de vehículos, muchos de ellos pesados para trabajar en las campañas citrícolas. El Ayuntamiento tuvo que retirar el año pasado este asfaltado y dejar el camino solo de tierra aumentando los problemas qeu denuncian los usuarios.
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Desde entonces solo se ha podido cubrir los baches con materiales del propio cauce lo que es insuficiente porque cada lluviar arrastra los sedimientos y levanta las piedras de esta área dejándolo inservible.
«La dejadez en el mantenimiento del cauce ha llevado a que se colmate de piedras y vegetación que obliga al agua a discurrir por el firme del camino que se ve gravemente afectado con unas lluvias como las del pasado fin de semana», denuncian los vecinos afectados.
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La nueva asociación vecinal, Associació Camí Barranc de La Casella señala que esto es un problema que no solo afecta a nivel económico por la parálisis de la actividad citrícola, sino que deja aislados a muchos residentes con el consiguiente riesgo de no atención en urgencias sanitarias.
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