Vecinos de Chella se movilizan para que las placas solares no invadan la sierra

La expansión de los parques solares se extiende por todas las comarcas valencianas. En esta ocasión es la Canal de Navarrés. Si bien, esta zona fue pionera en ser foco de atención de las empresas promotoras y hace tiempo que se comenzó a tramitar la ubicación de un parque solar en Bolbaite. Tras años paralizado y tras la nueva ley, el proyecto toma fuerza.

La empresa ya adquirió cerca del millón de metros cuadrados de suelo agrícola y forestal en Bolbaite en la zona conocida como Mojón Alto. Ahora se está poniendo en contacto con propietarios de terrenos colindantes del término de Chella para ampliar el proyecto e instalar una subestación para evacuar la energía.

Eso ha alertado a vecinos que han comenzado a actuar al considerar que la macroplanta que se pretende instalar supondrá un gran impacto medioambiental para la zona, teniendo además en cuenta que el terreno elegido está junto a paisajes protegidos.

«El daño ecológico va a ser inmenso. Son zonas que aunque no son de cultivo, sí que tienen pinos, higueras o algarrobos y son muy importantes para el ecosistema. Ya arrasaron una parte de la montaña de Bolbaite y ahora van a empezar con Chella», lamenta Abdón Nacarino.

Este vecino dice no entender por qué escogen estor terrenos tan ricos medioambientalmente y no otras zonas más favorables, «¿por qué arrasan una montaña cuando hay sitios más desérticos?», se pregunta Abdón, quien, al respecto, recuerda que cualquier ciudadano que arranca un algarrobo o una especie centenaria se enfrenta a sanciones bestiales, mientras que a estas empresas se les permite.

Jesús Giménez lleva 30 años viviendo en Chella y asegura que no es que estén en contra de la energía solar, «aquí hay muchos que ya tenemos, pero que destrocen la naturaleza no es la forma de alentarla. Hay otras maneras de hacer las cosas», asegura.

Tanto Abdón como Jesús pertenecen a la asociación de vecinos Sierra de Chella, que ya tiene previstas distintas acciones para frenar este proyecto. Entre ellas, informar a los posibles vendedores y colectivos de la comarca todo lo que conlleva para el territorio, como para el turismo.

Pero una de las más decididas es la de comprar terrenos estratégicamente ubicados para impedir que puedan conseguir la superficie necesaria para la ampliación. «Con el dinero de la venta de un piso compraré terrenos, aunque no los quiero para nada», asegura Abdón, uno de los primeros en dar el paso.

Algo que desde la asociación choca es el «secretismo» que al respecto hay en el pueblo y por parte de las autoridades locales. En el Ayuntamiento, su alcalde, José Enrique Talón, asegura que oficialmente no se ha registrado ninguna solicitud por parte de la empresa.

El primer edil reconoce que la empresa se puso en contacto con ellos para que les facilitaran la relación de los propietarios de los terrenos donde iría la planta, algo que por la ley de Protección de Datos no les pudieron facilitar e insiste en que el Ayuntamiento quiere ser lo más imparcial posible en este tema y que se hará lo que decidan los vecinos. «Si no quieren vender y no consiguen el suficiente terreno, pues no se instalará», asegura.

Eso sí, los terrenos pretendidos por la empresa no están protegidos dentro del Plan General al no ser terrenos de cultivo.