Vecinos de Ontinyent claman contra el problema de malos olores que provoca la depuradora de una empresa textil

La primera denuncia ante el Seprona la pusieron en 2009. Catorce años después no sólo no se ha solucionado el problema sino que ha ido a más y los vecinos del Camí Senda Cinc Germans y el Área 20 de Ontinyent ya no aguantan más. Los olores que provoca la depuradora de una empresa textil, la conocida como antigua Colortex, aseguran que son insoportables y después de llamar y cerrarle todas las puertas posibles, piden "auxilio y socorro" porque temen ya por su salud.

"En estos momentos, no podemos vivir. Tenemos que tener las ventanas cerradas y aún así, el olor se filtra. En la calle no se puede estar tampoco. No solo nos afecta a nosotros, sino a la mitad de la población de Ontinyent y a los propios trabajadores de las empresas del polígono, que no pueden salir a almorzar fuera o hacerlo con mascarilla porque el olor es tan nauseabundo que no se puede ni respirar", explica Mª Carmen Coll, tesorera de la Asociación Senda Cinc Germans, como afectados directamente.

También subraya que por la zona hay varios centros educativos y hay supermercados donde la gente va a comprar. "Nadie nos escucha y no es que ya no se pueda vivir, sino que tenemos miedo por nuestra salud porque además del olor, se emiten micropartículas y todo eso lo respiramos. Quién nos dice que en un futuro no podamos sufrir una enfermedad grave?", se pregunta.

De hecho, Mª Carmen ejemplifica cómo es la situación con varios casos. El primero en su propia casa. "Pusimos un detector de gases y saltó la alarma por lo que entraban del exterior, a pesar de que tenía las ventanas cerradas".

Otro ejemplo, el de la presencia de micropartículas. "Los clientes de un lavadero de coches se quejaban al dueño porque el vehículo no quedaba bien limpio y comprobaron que al dejar los coches en la calle, estos se ensuciaban de un polvillo, de lo que hay en el aire".

Desde la primera denuncia en 2009, la asociación vecinal ha denunciado la situación ante la concejalía de Medio Ambiente del Ayuntamiento y la Conselleria correspondiente, más de una denuncia por año con reuniones incluidas en ambas administraciones. En 2021 decidieron denunciar la situación a la Fiscalía de Alzira.

"Allí nos hacen caso y llegan a realizar mediciones con el resultado de que efectivamente se están emitiendo gases altamente tóxicos. Lo deriva al juzgado de Ontinyent por la vía penal, pero después de realizar las diligencias, entre ellas un informe pericial de los resultados de una nueva muestra de la balsa de la depuradora, el juez, sorprendentemente, archiva el caso por no ser constitutivo de delito penal", explica la representante vecinal.

De hecho, el titular del caso les pide un listado de personas que hayan visto afectada su salud, para lo que les dan solo dos días. Aún así logran conseguir a 120 personas, a pesar de que podrían ser más de un millar, "que no llegamos a pasar por el médico forense al archivarse el caso".

En la denuncia remitida por la fiscal a los juzgados de Ontinyent, se certifica que de la inspección realizada a la mercantil por agentes del Seprona se comprueba que "la presencia de malos olores provienen de la depuradora" y en la visita realizada a las instalaciones también "se comprueba el mal olor procedente de la depuradora".

"Al entrevistarse con el apoderado de la mercantil, éste manifiesta que había adquirido un sistema de neutralización de olores para reducir las molestias pero que estaba sin instalar", refleja la denuncia, así como que el atestado del Seprona concluye que la gestión de los residuos "no se realiza de acuerdo a la normativa vigente".

Además, se indica que en las analíticas realizadas durante el año 2020 se ha detectado "incumplimiento de la ordenanza municipal, donde se superan los valores máximos permitidos en algunos parámetros. Se observa una concentración reiterada de sulfitos, sulfuro y nitrógeno amoniacal, los dos primeros son compuestos que derivan del H2S, un gas considerado altamente tóxico".

Desde el Ayuntamiento, la concejala de Medio Ambiente, Sayo Gandia, asegura que no tienen competencias al respecto, que la empresa tiene una autorización de licencia ambiental integral que es competencia de la Conselleria.

Reconoce que el olor cuando se está cerca de la empresa es nauseabundo y que afecta no solo al vecindario más próximo, sino a los trabajadores del resto de empresas y que con las inmersiones térmicas ya se nota incluso en el casco urbano.

Es por ello que han vuelto a solicitar a la consellera Isaura Navarro, en la visita que realizó la pasada semana, que revisen la licencia, que creen que no se ha hecho desde el año 2013. La anterior consellera, Mireia Mollà, según recuerda la edil, pudo comprobar in situ el mal olor, en una visita que realizaba a la depuradora y colector de Ontinyent. "Preguntó si ese mal olor era de nuestra depuradora y le trasmitimos el problema", explica.

Tras las quejas vecinales se puso un medidor de partículas y diariamente los datos se trasladan a la Conselleria, así como todas las quejas y denuncias que presentan los vecinos a la Policía casi a diario, con los horarios en que se realizan, "porque toda esa información pueda ser útil para que se actúe".

"Nosotros también hacemos inspecciones regularmente con autorización de la empresa y desde el Ayuntamiento hemos trasladado a Conselleria que, además de los olores, tiene muchos residuos acumulados que no se están gestionando", apunta la concejala Gandia. "No tenemos potestad para sancionar, ojalá tuviéramos más medios para poder actuar", subraya.

Es por ello que en el pasado pleno, la asociación pidió a la corporación que les socorrieran porque la situación está afectando a su salud y esperan que la carta entregada a la consellera firmada por toda la corporación y el vecindario, por fin pueda servir para que se actúe.

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