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Ó.D.
Carcaixent
Viernes, 22 de abril 2022, 13:56
Alcaldes de varias poblaciones de la Ribera Alta se han posicionado este viernes 22 de abril en contra de las macroplantas fotovoltaicas. Para ello han comparecido para mostrar su posicionamiento respecto a la gestión que está realizándose sobre la instalación de estas instalaciones en la comarca.
Paco Salom, alcalde de Carcaixent; Diego Gómez, alcalde de Alzira; Verònica Almunia, alcaldesa de la Barraca de Aigües Vives, y Santi Cervera, alcalde de Afarp han actuado como portavoces y han denunciado la falta de competencias municipales en la gestión y el malestar por la estrategia que se está siguiendo por parte de la administración estatal y autonómica de favorecer un crecimiento acelerado de la potencia instalada dejando de lado la protección del territorio.
Durante los últimos meses se ha registrado un continuo goteo de solicitudes de implantación de macro plantas fotovoltaicas en todo el territorio valenciano y muchas de ellas en la Ribera Alta, han indicado. Actualmente están tramitándose proyectos en Tous, Catadau, Llombai, Alzira y Carcaixent, algunos de los cuales prevén una producción de más de 50 MW y por tanto su tramitación corresponde al Estado a través del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, en tanto que los de menos de 50MW la tramitación es de competencia autonómica.
Recientemente, “desde ambas administraciones se ha producido una modificación del marco legislativo, que con el argumento de una rápida respuesta a la crisis aprovecha la ocasión para abrirlo, flexibilizando e incluso retirando requisitos”. Desde Compromís Ribera Alta, se ha mostrado preocupación por esta política de "puertas abiertas", de las administraciones central y autonómica que con el argumento de acelerar la transición energética y conseguir determinados objetivos de potencia instalada, están poniendo las cosas fáciles en las empresas a la hora de implantar sus macroproyectos.
Además, como han remarcado, el marco legislativo actual resulta permisivo y deja prácticamente fuera a los ayuntamientos a la hora de decidir sobre la implantación de los proyectos cuando se trata de la administración más cercana a la ciudadanía, y la más cercana en cuanto a la protección del territorio. Los alcaldes y alcaldesas de la Ribera observan cierta “connivencia política, que acepta determinadas renuncias en pro de un interés general impuesto, como así lo demuestran las declaraciones del presidente de la Generalitat Valenciana Ximo Puig a primeros de abril donde manifestaba que para hacer una tortilla hay que romper primero los huevos".
Esto, a su juicio, deja “claro que pone por delante el interés por acelerar la implantación de potencia instalada frente a la protección natural y patrimonial de nuestro territorio, dando a entender que debemos pagar un coste si o sí, sin entrar a considerar las alternativas al modelo que parece defender". También han remarcado que la falta de voluntad para explicar qué hay, quién está detrás de los macroproyectos y qué efectos perversos se esconden, los que nos llevará a una nueva burbuja, la de las macroplantas”.
Además, los alcaldes y alcaldesas de la Ribera denuncian la falta de una planificación estratégica que ordene el proceso de implantación de energías alternativas, por lo que sería necesario un Plan Director de ámbito autonómico que regule la distribución en el territorio a partir de criterios objetivos, más allá del grado de protección actual, la proximidad a una subestación eléctrica o a las grandes concentraciones de población, entre otros. Asimismo consideran que en la evaluación de los proyectos sean preceptivos una valoración en la que los informes técnicos territoriales y locales sean determinantes.
Desde Compromís Ribera Alta se tiene muy claro, como se ha repetido desde el primer momento, que una parte importante dentro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030 es la obligada transición energética que permita afrontar el cambio climático . Ahora bien, la necesidad de realizar una transición energética no puede obviar que esta transición debe ser también ecológica, y no puede ser a expensas del territorio que, además de su destrucción irreparable, podría derivar en una nueva burbuja especulativa, la de las macroplantas.
La transición energética es necesaria, pero no a cualquier precio. Compromís reivindica la oportunidad energética basada en el autoconsumo, en el uso más racional de los recursos y el respeto al territorio, en las comunidades energéticas locales, en soluciones que pasan, en definitiva, por un mayor esfuerzo de las administraciones autonómicas y locales para regular la cuestión energética a estas alturas en manos de unas pocas grandes empresas que no van a “garantizar una energía asequible, segura, sostenible y moderna para todas las personas” (ODS7).
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